Sevilla y San Sebastián son dos de las ciudades españolas que más turistas recibieron a lo largo de 2019 frente al descenso de visitantes en otros destinos tradicionalmente turísticos como Benidorm o las Islas Canarias, este último afectado por la quiebra de Thomas Cook.

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Ante esto, ambas ciudades se han puesto en marcha para regular y aprovechar al máximo el crecimiento turístico a través del cobro de una tasa turística, como sucede en las grandes ciudades europeas y en algunos casos en España, por ejemplo en Cataluña y Baleares.

Sin embargo, su potestad como ayuntamientos limita su margen de actuación, es decir, debe ser el Gobierno a nivel nacional quien diseñe una tasa para el sector turístico. Según el informe elaborado por la Comisión de Expertos para la revisión del sistema de financiación local en junio de 2017, el impuesto está recogido en la Ley Reguladora de Haciendas Locales, de ámbito estatal.

No hay unanimidad para diseñar un tributo autonómico

La ley establece “que proporcionaría la cobertura necesaria para que los entes locales, carentes de potestad legislativa, pudieran exigirlo si así lo consideran conveniente”. En el caso de Cataluña y Baleares sí fue posible por el consenso entre las distintas provincias, por lo que habría sido una norma autonómica.

Sin embargo, en el caso de Sevilla y San Sebastián no existe unanimidad para diseñar un tributo autonómico ya que el resto de provincias están gobernadas por diferentes grupos políticos. Por este motivo piden a Hacienda un cambio normativo en la ley que permita recaudar esta tasa turística, sin depender del gobierno autonómico o estatal.

En el caso de San Sebastián la petición va incluso más allá y solicitan que la tasa turística entre en vigor en enero de 2021, con una previsión de ingresos de cuatro millones de euros anuales. A la espera del cambio en la ley, el Ayuntamiento de San Sebastián plantea dos vías.

Por un lado, presentar una ordenanza en julio que le habilite para cobrar el recargo, entre 1 y 4 euros al día; o por otro, llegar a un acuerdo en Juntas Generales de Gipuzkoa, con un recargo en el IAE o el IBI para aquellos que declaren más de 1 millón de euros al año.

Cataluña y Baleares son las únicas autonomías que aplican este tipo de recargo

Cataluña y Baleares son las dos únicas autonomías que por el momento aplican este tipo de recargo en España. En el caso de Cataluña, el recargo varía entre los 0,45 y 2,25 euros por estancia y genera unos ingresos anuales de 57 millones de euros desde 2012. Además, el Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado una subida del tramo más alto de la tasa hasta los 4 euros, propuesta rechazada por los hoteleros.

La subida no entrará en vigor este año hasta el momento de la aprobación de la ley de acompañamiento de los presupuestos de la Generalitat de Cataluña durante ese ejercicio. Por otro lado, en el caso de Baleares, el recargo va desde los 2 hasta los 4 euros por estancia.

En el resto de Europa destacan casos como el de Berlín o Colonia, en Alemania, donde el huésped debe pagar el 5% del precio de la habitación; Amsterdam, con el pago de un 7% del precio por persona y noche; París, con una tarifa que va desde 0,25 hasta los 5 euros por noche o las ciudades italianas, donde se paga el impuesto más caro, hasta 7 euros en Roma.

La posibilidad de cobrar una tasa turística a nivel local, sin depender de organismos autonómicos o estatales, ofrecería a los ayuntamientos una mayor gestión de su oferta turística, así como un mayor aprovechamiento del gasto de sus visitantes.