La Comisión Europea ha propuesto que los países de la UE recorten un 15% el consumo de gas de forma voluntaria hasta la próxima primavera, una reducción que Bruselas quiere poder imponer de forma obligatoria en caso de alerta de la seguridad de suministro, como parte del plan Europeo de Reducción de Demanda de Gas. Sin embargo, esto no ha gustado a todos los países europeos debido a las diferencias de consumo y producción y a rencillas históricas.

Por primera vez en mucho tiempo, los países del sur están en una situación privilegiada con respecto a las grandes potencias centrales. Un denominado “frente del sur” o “frente mediterráneo” parece no estar de acuerdo con recortar sus suministros para garantizar el de países que les han denominado despectivamente PIGS (cerdos, en inglés) en anteriores crisis. “Habéis vivido por encima de vuestras posibilidades”, se acusaba desde Europa a países como Portugal, Italia, Grecia o España (integrantes de los PIGS), pero la tortilla parece haberse invertido.

No obstante, estas rencillas históricas entre países del sur (pobres) y del norte (ricos) están ganando protagonismo en lo relacionado con la crisis de suministro de gas, sobre todo, en redes sociales y medios de comunicación a modo de vendetta o karma. La realidad es que la negativa de los países del sur a limitar su consumo no responde, ni mucho menos, a estos criterios, sino a la diferencia de consumo de gas, dependencia de gas ruso y generación de renovables de los dos ‘bloques’.

Comparativa entre países: el sur consume menos y es más limpio

Lo cierto es que los países que han comandado la iniciativa de reducción de consumo son aquellos que consumen una mayor cantidad de gas per cápita, es decir, por persona, y que dependen más del gas ruso. Por el contrario, los países posicionados en contra son los que menos gas consumen per cápita, menos dependencia del gas ruso tienen y más producción de energía a través de renovables.

En el primer grupo encontramos a Países Bajos, cuyo presidente bromeaba en 2020 con no darle dinero ni a España ni a Italia en plena crisis, que es el país con uno de los mayores consumos de gas por persona, 2.335 metros cúbicos (m3), algo sorprendente teniendo en cuanto su tamaño y población. Según estos datos de 2021 de Enerdata, el segundo país de este grupo mayor consumo de gas por persona es Bélgica (1.565 m3), seguido por Italia (1.266m3) y Alemania (1.170 m3). A mucha distancia aparecen países como España, cuyo consumo de gas por persona es de 723 m3 o Francia (626 m3) y Portugal (600 m3), en la misma línea.

Coincide, además, que los países que más gas per cápita consumen son aquellos que mayor dependencia del gas ruso tienen. Alemania, cuyo riesgo es el más alto en estos momentos, importa de Rusia un 65,22% del gas que consume, según los datos de Eurostat, oficina de estadística europea, de 2020. Le sigue de cerca Italia, con un 43,25% de gas ruso y Países Bajos (22,33%). Lejos de esta dependencia se sitúan Francia (16,8%), España (10,43%), Portugal (9,7%) y Bélgica (6,51), el que menor dependencia muestra según los datos de 2020.

Las tornas vuelven a invertirse si se tiene en cuenta el porcentaje de energía producido por los países a través de energías renovables. Nuevamente, los países que menos gas consumen son aquellos que más renovables producen, destacando la Península Ibérica: Portugal con un 65,5% y España con un 47,1%, según datos de 2021 de Enerdata. Países como Alemania (41,5%) e Italia (41,4%) también tienen un gran porcentaje de energía renovable producida. Más lejos se sitúan Países Bajos (32,8%) y Bélgica (23,8%), pero es Francia la que cierra esta clasificación con un 22,6%, centrándose en la energía nuclear y siendo de lejos la que más reactores tiene con 56.

Posición del Gobierno de España

El Gobierno de España ha mostrado su rechazo a la propuesta de la Comisión Europea de que todos los países de la Unión Europea reduzcan voluntariamente un 15% su consumo de gas hasta la próxima primavera para prepararse ante un posible corte de suministro ruso. "Defendemos los valores europeos, pero no podemos asumir un sacrificio sobre el que ni siquiera nos han pedido opinión previa. Los españoles no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades desde el punto de vista energético, somos solidarios y lo seguimos siendo", ha dicho Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica.

"España ha hecho los deberes pagando de manera constante y mucho más que los socios europeos", ha remarcado Ribera, mostrando su apoyo a los hogares y a la industria nacional. "Son unos días que serán claves y somos conscientes de que España tiene un papel fundamental porque es puerta de entrada de más del 30% del gas natural licuado de la Unión Europeo. Es clave destacar una idea fundamental: pase lo que pase, las familias españolas no sufrirán cortes de gas ni luz y, pase lo que pase, España va a defender a su industria", ha insistido.

Por consiguiente, el Gobierno de España no está dispuesto a que sean las familias españolas, que no han consumido gas por encima de sus posibilidades, las que asuman la crisis energética creada por la gran dependencia del gas ruso de las potencias europeas centrales. No obstante, el Gobierno de España ha asegurado que será solidario, pero no asumirá un “sacrificio desproporcionado”. Así ha respondido la ministra a los dardos lanzados por la Comisión Europea que han señalado que ya se ha hablado “hasta la saciedad” sobre la necesidad de reducir el consumo y han pedido “solidaridad” a España.

"Creemos firmemente que es fundamental que la respuesta que dé la Unión Europea a esta situación no se perciba como injusta y económicamente dañina para nuestros ciudadanos y la industria […] España es y seguirá siendo un país portavoz de la solidaridad y la unidad de la UE en estos tiempos turbulentos", ha concluido la ministra.