La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha revisado una vez más al alza las previsiones para la economía española. El organismo estima que el Producto Interior Bruto (PIB) cerrará el año con una progresión del 2,5%, lo que significa una mejora de dos décimas con respecto a los valores que la propia organización presentaba hace tan solo un mes. España se destaca como la gran economía que más crece de la Unión Europea (UE), progresión que desde el Gobierno se espera mantener también durante el próximo año.

A futuro, la OCDE ha reducido las expectativas y, de igual manera que el resto de organismos, ha rebajado el ritmo esperado. Así, el Ejecutivo español espera mantener un avance del PIB ubicado en el entorno del 2%, pero el organismo internacional ha cifrado el avance en el 1,5%, cuatro décimas por debajo de lo que estimaba en septiembre. La organización apunta a una desaceleración como consecuencia de la coyuntura internacional, pero reconoce que el crecimiento español “se mantendrá sostenido”.

La previsión de crecimiento del PIB español para 2023 es cuatro veces superior a la de la media de la eurozona (0,6%). Por otro lado, el aminoramiento esperado para 2024 se contempla para el conjunto de las economías europeas e internacionales, lo que mantendrá a España a la cabeza de todas ellas aunque se ubicase en el rango más bajo de las estimaciones. No obstante, la OCDE se ha mostrado preocupada por las importantes incertidumbres y riesgos a la baja que podrían llegar de escalar más los conflictos internaciones.

El encarecimiento de la energía y la subida de la inflación, de la mano de la caída de los socios comerciales habituales del país, son los principales riesgos que tendrá que capear la economía española. De su lado, la OCDE ha destacado la influencia positiva del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que contará con una influencia positiva sobre el PIB gracias al despliegue de los fondos europeos. En este sentido, el Gobierno estima que colabore con un 2,7% y un 3,1% este año y el que viene, respectivamente.

La inflación repuntará el año que viene y el déficit no caerá al 3%

El organismo con sede en París también ha realizado modificaciones en sus previsiones inflacionarias. Así, considerando que el precio de la vida se ha moderado notablemente en España, en comparación con el resto de países, mantiene el 3,5% que estimaba a cierre de año. La caída de los precios del petróleo y el gas, los recortes de impuestos y la implementación de la excepción ibérica son los principales factores que han sido señalados como precursores del descenso español.

Los alimentos y la inflación subyacente -aquella que descuenta la influencia de la energía y los alimentos- son los aspectos negativos señalados por la OCDE que, a futuro, se muestra también pesimista en este aspecto. En 2024, lejos de seguir reduciéndose, el organismo estima que el índice de precios se situará en el 3,7%, lo que supone una elevación de su previsión de tres décimas, según se desgrana del Estudio Económico de España publicado este miércoles.

En materia de déficit, prevé un empeoramiento de la marcha y sitúa el cierre de este año en el 3,8%, valores similares a los presentados por el Gobierno. Sin embargo, en lo que no coinciden la OCDE y el Ejecutivo español es en el dato de 2024 que, mientras Hacienda asegura que caerá por debajo del 3%, el organismo internacional lo sitúa en 3,5%. Algo similar sucede con la deuda pública, prevista en el 108,1% en 2023 y el 106,3% en 2024 por España y elevada al 109% y el 110%, respectivamente, por la OCDE.

La OCDE apoya la reforma laboral

La OCDE se ha sumado al grupo de organismos y expertos que valoran positivamente la reforma laboral aprobada en diciembre de 2021 y, una vez vistos sus efectos, reconoce la influencia positiva sobre la economía. La organización ha puesto en valor la reducción del paro por debajo de los niveles previos a la pandemia, el crecimiento sólido del empleo, que ha alcanzado el número de afiliados a la Seguridad Social más alto de la historia, y la recuperación del total de horas trabajadas.

La modificación del mercado de trabajo liderada por Yolanda Díaz es vista con buenos ojos por la entidad, que reconoce su eficacia de cara a combatir la temporalidad e incentivar la contratación indefinida. No obstante, los problemas estructurales del mercado laboral español siguen muy presentes. El mayor distanciamiento de España con el resto de economías desarrolladas es el desempleo, que aún se mantiene como el más alto, golpeando especialmente a jóvenes y mujeres, pese a haberse mejora sustancialmente estos datos.

"El alto desempleo refleja en gran medida problemas estructurales, incluidos bajos incentivos para regresar al trabajo para los desempleados, desajustes de habilidades y políticas activas del mercado laboral insuficientemente efectivas", señala la OCDE, que también apunta a que el crecimiento de los salarios nominales se encuentra por debajo de la inflación. No obstante, el estudio presentado también recoge un descenso de la tasa de paro al 11,9% este año y al 11,5% el siguiente.

Más medidas para las pensiones

En materia de pensiones, la organización considera que se deberán acometer nuevas medidas si se quiere garantizar la sostenibilidad y viabilidad del sistema. La OCDE propone vincular la edad de jubilación legal a la esperanza de vida y ampliar el periodo de cálculo para acceder a una pensión, modificaciones que, si bien aliviarían el sistema, supondrían un empeoramiento de las condiciones de trabajadores y pensionistas.

Además, también defiende que se deberían considerar los factores de acumulación en el sistema, que permiten media pensión después de 15 años de contribuciones y una pensión completa después de 37 años (que se elevará a 38,5 años), "mucho menos que los períodos correspondientes en otros lugares".

En este sentido, la OCDE añade que el periodo de referencia para el cálculo del derecho a pensión debería ampliarse a los 40 años. "De lo contrario, si los déficits de pensiones siguen siendo cubiertos por los ingresos generales, el mantenimiento de los beneficios de las pensiones se producirá a expensas de otras prioridades y en detrimento de la generación más joven, ya desfavorecida", zanja al respecto.