Ni todos son iguales ni todos piensan lo mismo pero prácticamente en su totalidad los empresarios españoles son de derechas. Los hay muy conservadores y militantes, hasta el punto de que involucran a sus empresas en estrategias determinadas contra algunos gobiernos (y si no que se lo pregunten al PSOE de Zapatero), y los hay más moderados que prefieren no meterse en política. Pero todos ellos saben que en una Democracia son el Gobierno y las Cortes quienes marcan las leyes y las leyes influyen de una forma determinante en la economía. Por eso siempre los 'liberales' han proclamado que la economía ha de tener su propio gobierno y sus propias leyes, ajenas a la voluntad democrática. Los resultados de las pasadas elecciones municipales y autonómicas han sentenciado -al menos de momento- el fin de las mayorías absolutas y, en un cómputo general, la victoria de la izquierda frente a la derecha. Sin embargo la fragmentación de voto entre distintas formaciones de izquierda que no se llevan precisamente bien entre sí ha dado paso a un temor hacia lo que definen como "ingobernabilidad".

Madrid y Barcelona
Madrid y Barcelona son los dos grandes ejes económicos y financieros del país. Madrid mantiene la supremacía pero Barcelona es una potencia empresarial, comercial, industrial y exportadora importantísima para el conjunto del país. Bilbao, Valencia, Málaga o Sevilla están a mucha distancia, por tanto tiene mucha lógica que se constituyera una asociación como la denominada "puente aéreo"  que aglutina a grandes fortunas de ambas ciudades.

En Cataluña la inquietud empresarial es mucho mayor que en el resto de España porque a la fragmentación electoral que ha alumbrado el 24-M hay que añadir el proceso independentista en el que se ha embarcado el actual Gobierno de la Generalitat. Aunque muchos empresarios simpatizan con la 'causa catalana', considera que hay un 'lío político de envergadura' e intentan convencer a Artur Mas para que no adelante las elecciones 'plebiscitarias' para el 27 de septiembre. Si hay fragmentación en la mayoría de Comunidades y Ciudades, en Cataluña aún más y ahí tenemos el ejemplo del ayuntamiento de Barcelona, cuya probable alcaldesa, Ada Colau, despierta más que recelos aunque los prudentes empresarios catalanes se cuiden muy mucho de exponerlos públicamente.

Los empresarios madrileños
Los empresarios madrileños son más activos mediáticamente, les gusta más salir en la prensa y, con la excusa que sea, dejar su impronta ideológica. Hasta ahora tenían unos representantes (Gallardón, Esperanza Aguirre o Ignacio González) que expresaban su mismo ideario, porque en Madrid los extremos son más visibles y el discurso 'neoliberal' ha sido el imperante en los últimos 25 años. También en Madrid están los empresarios más militantes del PP, como Villar-Mir de OHL, a todos ellos les espanta Podemos y están más que nerviosos que la llegada de Carmena a la alcaldía de Madrid. Sus amigos, compañeros de cenas, bodas y bautizos, están en el PP y han despreciado a cualquier otra formación política, por lo que un escenario en el que el PP  no tenga un poderío absoluto y dominante les desconcierta. No es su tablero.

Y los de centro
Con todo este panorama hay un sector empresarial importante, tanto en Madrid como en Barcelona, que se consideran moderados o de centro y que en general ronda entre los 40 y los 50 años. Son más permeables a los cambios y su filosofía radica en la estabilidad. "Nosotros queremos marcos legales y estables para dedicarnos a los nuestro, que es mantener y crear empresas, mantener y crear puestos de trabajo, tenemos que colaborar, no interferir", explica un relevante empresario a ELPLURAL.COM. En esta misma línea un alto ejecutivo de una importante firma señala que "si a el país le va bien a nosotros nos va bien, la gente ha expresado en las urnas su hartazgo con muchas cosas y el deseo de que otras cambien, y los políticos deben entender el mensaje". Para todos ellos "si hay acuerdos para gobiernos estables, ningún problema", pero si lo que se abre es "un periodo de inestabilidad política, de gobiernos débiles al albur de mociones de censura, no será bueno para nadie".

El PP amortizado
La gran mayoría de los empresarios españoles no se sienten bien tratados por los ‘suyos’, es decir, por el PP. Los calificativos de ‘prepotencia’ y ‘soberbia’ abundan a la hora de definir la gestión del Gobierno, especialmente la económica. Han visto esperanzados el nacimiento de Ciudadanos, en su mayoría están convencidos de que el PP lo tiene “muy difícil” para las generales y empiezan a temer que dentro de tan solo unos meses “una mayoría de izquierda radical” controle el Parlamento. Como quede configurado el mapa autonómico y municipal tras las negociaciones entre los distintos partidos les apartará o más tranquilidad o mucha inquietud.