El Instituto BBVA ha hecho públicos los resultados de su séptima Encuesta sobre el Ahorro de la Población Española. En este caso, la encuesta se ha realizado exclusivamente sobre miembros de la generación del baby boom, es decir, los nacidos entre 1957 y 1977, que ahora tienen entre 62 y 42 años.

El 20% de los baby boomers entrevistados reconoce que tiene dificultades para llegar a fin de mes mientras que el 37% llega justo y el 41% logra ahorrar. La media del ahorro mensual de esta generación asciende a 463 euros.

En línea con esto, hasta un 77% considera que tiene sentido ahorrar para la vejez. Ante la pregunta de si creen que con sus ingresos vivirán sin aprietos durante su vejez, más de la mitad (55%) contesta negativamente. El porcentaje aumenta hasta el 62% entre las mujeres y los baby boomers más jóvenes (42-47 años).

Poco optimismo reflejan también las respuestas de los entrevistados a la pregunta sobre si podrían afrontar por su cuenta los gastos para su cuidado si durante algún periodo de la vejez no pudieran valerse por sí mismos. Ante esta pregunta, cuatro de cada diez dudan de ello e incluso uno de cada cinco da por seguro que no podrá.

La opción favorita: jubilarse antes de los 65 años

La mayoría de los baby boomers (69%) se muestran muy o bastante de acuerdo con que cada persona pueda elegir libremente hasta cuándo trabaja, aunque pueda perder parte de su pensión. A la mayor parte de los entrevistados activos (62%) les gustaría jubilarse antes de los 65 años y la edad media deseada para la jubilación se sitúa en torno a los 62 años.

Sin embargo, la media de edad a la que los entrevistados activos creen que podrán jubilarse es 65,8 años. Es importante destacar que esa edad media aumenta a medida que desciende la edad de los entrevistados. Así, la edad media a la que creen que podrán jubilarse los que tienen de 56 a 62 años es 65 años, mientras que la de los que tienen de 48 a 55 años se sitúa en 65,6 años, un año más que la de los que tienen de 42 a 47 años (66,6).

La preferencia mayoritaria es, por tanto, jubilarse pronto, y “del todo”: un 78% de los encuestados activos declaran que, llegado el momento, prefieren jubilarse totalmente, frente a un 21% que preferiría seguir trabajando parcialmente, cobrando una parte del salario y una parte de la pensión.

Estas preferencias no van acompañadas de la confianza en la capacidad del sistema de la Seguridad Social de proveer pensiones suficientes. De hecho, un tercio de los entrevistados cree que no recibirá una pensión desde el momento de la jubilación hasta el final de sus días.

Aunque el 77% confía en que el sistema de la Seguridad Social ofrecerá pensiones vitalicias, los entrevistados consideran que esas pensiones alcanzarán para cubrir gastos de alimentación y vivienda, muchos menos creen que les permitirán cubrir gastos de ocio (41%), de cuidado personal doméstico (33%) o de residencia en caso de necesidad (24%).

El 84% cree que las pensiones deberían estar ligadas al IPC

El 63% de los futuros pensionistas cree que su pensión será su único ingreso cuando se jubile. No obstante, solo uno de cada cuatro tiene una idea aproximada de lo que cobrará de pensión cuando se jubile. De ellos, el 42% asegura informarse a través de consultas a la Seguridad Social y el 39% ha empleado cálculos propios.

Con respecto a la cuantía, el 72% de los encuestados afirma que el total de la pensión que cobrará a lo largo de su vida de jubilado será menor a todo lo cotizado durante su etapa laboral. Esta percepción tiene que ver con su confianza moderada en que el sistema de la Seguridad Social sea capaz de pagar pensiones adecuadas hasta el final de sus días, pero también con el desconocimiento sobre la relación actual entre cotizaciones realizadas y pensiones percibidas.

En este sentido, Luis Vadillo, director del Instituto BBVA de Pensiones, ha explicado: “Tres años de cotización financian hoy día aproximadamente un año de pensión. Por tanto, una carrera laboral de 40 años financia unos 13 años de pensión. Si, de media, los jubilados perciben una pensión durante 17 años, cada pensionista recibe, también de media, cerca de un 30% más de lo cotizado en su vida laboral”.

Respecto a la revalorización de la pensión pública, el 84% de los entrevistados consideran que el gobierno tiene que asegurar siempre el poder adquisitivo de las pensiones, ligándolas al índice de precios al consumo (IPC). Por otra parte, casi la mitad (46%) opina que el principal objetivo de reforma del sistema de pensiones debería ser “mejorar las pensiones más bajas para que todos los pensionistas puedan hacer frente a sus necesidades”.

Aunque solo uno de cada cinco baby boomers piensa que el principal objetivo de la reforma de las pensiones debería ser “ajustar mejor las pensiones a lo que cada uno ha cotizado”, al 69% le parecería correcto que cada trabajador tuviera su propia cuenta individual en la Seguridad Social.