La entidad nacerá con la red de oficinas más extensas del mercado español y será la décima de la zona euro por capitalización bursátil. Con un 81,1% de su capital, La Caixa será el máximo accionista de CaixaBank.

Conservar la obra social
El presidente de La Caixa, Isidre Fainé, ha destacado que “a través de esta reorganización, el grupo mantiene el negocio financiero nacional, continua con la que constituyen las participaciones industriales y financieras internacionales y, por último, conserva plenamente la actividad de la obra social".

La pata industrial
La otra pata del nuevo grupo será la sociedad no cotizada Caixaholding, que integrará otras inversiones industriales como Abertis, Gas Natural, Agbar, Portaventura y Mediterránea, además de los activos inmobiliarios de La Caixa, que según Fainé, entrarán saneados. El presidente ha rechazado en todo momento denominar a esta sociedad como banco malo. Finalmente, la entidad ha aprobado la emisión de bonos convertibles por importe de 1.500 millones de euros para reforzar su posición financiera, que ofrecerán una rentabilidad del  7%.

Junta multitudinaria
En una junta que ha reunido a más de 1.000 personas en el Palacio de Congresos de Cataluña en Barcelona y con un 91,81% del capital representado, la transformación del grupo La Caixa ha sido refrendada. También se han aprobado las cuentas de 2010, el reparto de dividendos y el nuevo esquema de distribución (puede ser en efectivo o en acciones). Asimismo, se ha dado el visto bueno a la incorporación de Juan José López Burniol al consejo, entre otros puntos, así como a que la junta de accionistas se pueda celebrar en un lugar distinto al domicilio social.

Compras de consejeros
Entre los accionistas, el farmacéutico Josep de Marfà, miembro del comité consultivo de La Caixa y en su representación, ha mostrado su "apoyo sin fisura a la transformación", aunque ha señalado dos peticiones: que los pequeños accionistas estén representados por una persona en el consejo, y que los consejeros de CaixaBank tengan acciones del banco, aunque sea una participación simbólica, ya que actualmente menos de la mitad las tiene. Precisamente uno de los consejeros, Carlos Slim, acaba de declarar la compra de 900.000 acciones, lo que supone el 1% del nuevo banco.