A dos días de las elecciones, muchos son los argumentos y discursos escuchados durante la campaña electoral. Entre ellos, la recuperación del sueño olímpico madrileño, paradójicamente a manos de Manuela Carmena. La actual alcaldesa de Madrid y candidata de Más Madrid a revalidar el puesto, que cerró la legislatura poniendo coto a los alojamientos turísticos, inició la campaña diciendo que le tentaba el hecho de presentar una nueva candidatura de Madrid como sede a los Juegos Olímpicos, una espina que tiene clavada la capital española desde hace años. “Hay que ver las posibilidades que tendríamos, pero por qué no", dijo en el transcurso de un desayuno de Nueva Economía Fórum que protagonizó el pasado 10 de mayo.

Este cambio de opinión de la alcaldesa madrileña, hasta ahora reacia a convertir Madrid en sede de grandes eventos turísticos, supondrá un reto que la actual regulación deberá mirar con detenimiento. Carmena, que hasta ahora ha abanderado el coto regulatorio a plataformas de alojamiento turístico y a la denominada economía colaborativa, deberá contar con esta oferta flotante que aportan plataformas como Airbnb para poder llevar a cabo sus planes.

El hospedaje de turistas en viviendas de particulares puede ser parte de la solución a los retos a los que se enfrentan las ciudades a la hora acoger grandes eventos. Plataformas como Airbnb ya se han convertido en aliadas de las distintas administraciones para mitigar el esfuerzo inversor que supone albergar un evento de magnitud internacional como un Mundial de Fútbol o unos Juegos Olímpicos.

Según un estudio del Foro Económico Mundial realizado tras Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, esta ciudad habría tenido que construir 257 hoteles para proporcionar habitaciones suficientes a todos los asistentes que se hospedaron en alojamientos de Airbnb, que se convirtió en partner oficial de Río 2016. Esta alianza fue crucial para resolver el hospedaje del overbooking turístico que registró la ciudad en esos días.

El gigante americano de los alojamientos turísticos de particulares también fue clave en 2018, durante los Juegos Olímpicos de Invierno de Corea del Sur. Entonces unos 15.000 visitantes utilizaron esta plataforma para su hospedaje, lo que equivale a 7.500 habitaciones de hotel que se habrían tenido que construir.

Cuando Madrid presentó su candidatura para celebrar los Juegos Olímpicos en 2020 y a pesar de contar entonces con el 80% de las infraestructuras construidas, apuntó una inversión millonaria de más de 4.000 millones. Con los nuevos actores turísticos aparecidos en la última década, estas cifras se verían reducidas exponencialmente si se pudiera contar con la oferta flotante ya existente a través de plataformas como Airbnb o Homeaway.