El próximo 23 de junio los británicos decidirán en referéndum si continúan formando parte de la Unión Europea o inician una aventura en solitario en un mundo cada vez más globalizado. Reino Unido siempre ha sido el socio más 'euroescéptico' de la UE, a pesar de que fue uno de los primeros países en solicitar su incorporación. Es más, siendo rigurosos y estrictos la incorporación en 1973 de Reino Unido, Irlanda y Dinamarca a la antigua Comunidad Económica del Carbón y el Acero (CECA) es cuando nace realmente la Comunidad Económica Europea (CEE).
 

Relación complicada
¿Cómo es posible que un socio fundador haya tenido una relación tan complicada hasta llegar a convocar un referéndum para votar sí o no al Brexit? Hay análisis de todo tipo, el hecho de ser una isla, de mantener la creencia de que sigue siendo un imperio y la historia complicada de guerras permanentes con el continente. 
Pero fue Margaret Thatcher la primera política en explotar electoralmente el sentimiento anti europeo para conseguir votos en casa. Thatcher inauguró la estrategia de amenaza y chantaje constante a Bruselas, hasta el punto de que el resto de socios comunitarios cuenta siempre con el 'factor británico' en cualquier negociación.
A eso hay que añadir los retos y los miedos provocados por la globalización: miedo a la inmigración, miedo a perder la identidad, miedo a ceder soberanía. Si a ello se le une que estar fuera del euro, tener la 'city' y un sistema fiscal que ha provocado que los mega millonarios rusos y árabes se hayan instalado en Londres, les ha permitido sortear la crisis mucho mejor que a la Europa continental, muchos británicos han llegado a la conclusión de que mejor solos.
 

Y también mucho que perder
En Escocia casi son mayoría los que quieren independizarse del Reino Unido, en Reino Unido se quieren ir de la UE. En el debate hay más cuestiones sentimentales (identidad, sentimiento de superioridad...) que económicas y éstas son las realmente decisivas tanto para los británicos como para el resto de la UE. Precisamente son las instituciones financieras las que han realizado los análisis más técnicos y menos desapasionados de un asunto fundamental para la historia europea. Entre ellos destacamos el realizado por los analistas de La Caixa