Este lunes se ha conocido el dato del IPC adelantado, que sitúa el valor en el 5,8% en enero. El indicador publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) es provisional y deberá ser confirmado a mediados de febrero, pero incorpora ya las novedades metodológicas anunciadas. Estas variaciones buscan, según el instituto, mejorar la calidad del indicador y adecuarlo a la normativa europea. Así, se contempla una ampliación de la cobertura de los mercados del gas y de la electricidad, con la incorporación de la parte relativa al mercado libre de ambos sectores. Además, se ha modificado también la estructura de las ponderaciones, pasando a ser la Contabilidad Nacional la principal fuente de cálculo, sustituyendo a la Encuesta de Presupuestos Familiares.

Estos cambios son sustanciales y han afectado al cálculo del índice en este primer mes del año. A estas dos grandes modificaciones, se suma la recolección de los precios por medio de dispositivos electrónicos, método que se hará efectivo a lo largo del año. Con esto, los estadistas pretenden captar los movimientos de los precios de forma más precisa y reducir la carga a los informantes. Con el plan previsto en su proyecto de cambio de base, se sitúan ambos indicadores (el IPC normal y el armonizado) entre los más avanzados de los países de nuestro entorno, aseguran desde el INE.

Reflejo del mercado libre de luz y gas

Dos de los principales elementos que componen el sector energético en el IPC son la electricidad y el gas. En ambos casos, las tarifas consideradas hasta ahora para el cálculo del indicador se referían exclusivamente al mercado regulado. Sin embargo, debido a los cambios sucedidos en el sector en los últimos años, se consideró necesario incorporar el mercado libre para representar adecuadamente la evolución de los precios del sector. Esta ampliación de la cobertura no se pudo acometer en el año 2022 debido a que no se disponía de la información con el suficiente nivel de detalle ni con los criterios técnicos necesarios que permitieran aplicar una metodología consistente con los requerimientos exigidos en el cálculo del IPC.

Para poder hacerlo, durante 2022 las compañías distribuidoras han ido adaptando sus sistemas de procesamiento de la información para responder a las exigencias metodológicas. Esto permite ahora incorporar los mercados libres de la electricidad y el gas en el cálculo del IPC con plenas garantías, lo que el INE ha querido agradecer a las empresas. “Su trabajo ha sido esencial para poder desarrollar el método idóneo”, ha expuesto el instituto. Esta modificación, además, cuenta con el respaldo de Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea (UE), en su objetivo por hacer cada vez más fiables estos indicadores.

Cambio en las ponderaciones

Cada año se actualiza también el peso o importancia de los componentes IPC con la intención de que el índice mantenga su representatividad y actualidad. Para calcular estas modificaciones, habitualmente se utilizaba la Encuesta de Presupuestos Familiares, pero ahora se ha pasado a utilizar el Gasto en Consumo Final de los Hogares de la Contabilidad Nacional. Con los cambios realizados, las ponderaciones de los grupos con mayor peso en el IPC han variado notablemente, ganando peso el Transporte, el Ocio y la Cultura o la Medicina, en detrimento de los Alimentos o la Vivienda.

Grupo 2022 2023 Grupo 2022 2023
Alimentos y Bebidas no alcohólicas 22,6% 19,6% Enseñanza 1,6% 2%
Vivienda 14,2% 12,7% Comunicaciónes 3,6% 3,2%
Transporte 13% 13,8% Bebidas alcohólicas y Tabaco 3,1% 4%
Vestido y Calzado 6% 3,9% Menaje 5,8% 5,8%
Medicina 4,4% 6% Hoteles, cafés y restaurantes 13% 13,2%
Ocio y Cultura 6,4% 7,9% Otros bienes y servicios 6,3% 7,8%

Recogida de información informatizada

El INE también ha anunciado la utilización de dispositivos electrónicos para la recogida de los precios en los establecimientos. Hasta ahora, toda esta información se anota en los cuestionarios en papel, que posteriormente se graba en las dependencias del INE para su procesamiento e inicio del proceso de validación, control y cálculo de los índices. La implantación de la recogida informatizada facilita y automatiza todo este proceso, lo cual redunda en una mayor rapidez en disponer de la información grabada, una disminución de los potenciales errores de grabación y una mayor eficiencia en el tratamiento de la información adicional recogida.