Las comunidades energéticas, aquellas que permiten que los ciudadanos produzcan, consuman, almacenen, compartan y vendan energía renovable colectivamente, atendiendo a la definición recogida en la normativa europea, disfrutarán de cupos específicos en las subastas de Régimen Económico de Energías Renovables (REER) y contarán con una capacidad reservada en los nudos de red eléctrica objeto de subasta. El objetivo de es dar salida a su producción, tal y como revela el Real Decreto que ha lanzado este viernes a consulta pública el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y en el que se podrá participar hasta el 17 de mayo a través de correo electrónico (bzn-sgernormativa@miteco.es).

La pretensión de la norma es regular las dos figuras jurídicas comprendidas dentro del ámbito de las comunidades energéticas, las comunidades de energías renovables, por un lado, y las comunidades ciudadanas de energía, por el otro. La finalidad principal del proyecto, señalan desde Transición Ecológica, es proporcionar beneficios ambientales, económicos y sociales a los miembros de la comunidad y al entorno en el que desarrolla su actividad, dejando en un segundo plano la rentabilidad financiera.  

Así, un pueblo con instalaciones solares fotovoltaicas de autoconsumo colectivo, vehículos eléctricos compartidos y puntos de recarga, una calefacción centralizada de biomasa y solar térmica (que también permita climatizar unas instalaciones deportivas), y un sistema de gestión de la demanda de energía, junto con una app para informar a los partícipes, ejemplifican desde el Ministerio.

“Es muy importante tener presente el territorio, a los vecinos, y no solamente los componentes ambientales, la biodiversidad y los ecosistemas. Este es un debate que debemos abrir, abordar de qué manera se compensa, se facilita el acceso a los beneficios de las energías renovables a las comunidades locales“, traladaba Teresa Ribera, líder de la cartera, hace apenas un mes. 

De hecho, el principal lazo de las comunidades es con el autoconsumo, no tan solo en el ámbito eléctrico, ya que, también pueden beneficiarse de fuentes térmicas, de soluciones de movilidad o de eficiencia energética, como refleja el ejemplo. Actualmente en España, en lo referido a electricidad, existe una potencia instalada que supera los cinco gigavatios (GW), después de multiplicarse por veinte en comparación con hace cinco años.

“Las comunidades de energías renovables y las comunidades ciudadanas de energía tienen muchos puntos en común”, aseguran desde la cartera liderada por Ribera. De hecho, estas pueden adquirir distintas formas jurídicas, pueden participar en todos los mercados organizados de producción de energía eléctrica, y deben estar integradas por un mínimo de cinco socios o miembros, sin que ninguno supere el 51% de los votos, que han de ser personas físicas, administraciones locales o empresas de pequeño tamaño.

Obligatoria proximidad

Sin embargo, en el caso de las comunidades de energías renovables, los socios o miembros deben estar situados en las proximidades de las instalaciones de renovables, a una distancia que dependerá de la población del municipio. En el caso de los municipios pequeños o en riesgo de despoblación, se amplía el radio de actuación para conseguir un número de miembros adecuado para la constitución de la comunidad, en línea con los objetivos establecidos en materia de Reto Demográfico.

La propuesta legislativa del Ministerio también contempla que las comunidades energéticas puedan acceder al REER y a las subastas periódicas con las que se otorga esta retribución regulada. Las subastas, de hecho, considerarán las particularidades de las comunidades para que puedan competir con otros participantes e incluirán cupos de potencia específicos para ellas. Adicionalmente, se liberará un 5% de la capacidad en los nudos de la red eléctrica reservados para celebrar concursos de acceso y conexión, que podrá otorgarse por orden de prelación a las nuevas instalaciones de generación que formen parte de una comunidad energética, al objeto de garantizar la evacuación de su producción.

El Proyecto Estratégico para la Recuperación y la Transformación Económica de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (PERTE ERHA) incluye una línea de apoyo específica para comunidades energéticas. Dotada con 100 millones de euros, ya se han fallado las dos primeras convocatorias, con 40 millones que han beneficiado a 73 comunidades integradas por más de 95.000 socios.