El terremoto financiero que dio comienzo con la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) estadounidense, y que salpicó rápidamente a Europa tras el contagio del Credit Suisse, ha empujado a la Comisión Europea a recuperar la reforma comunitaria en favor de la unidad bancaria. La reforma permanece encallada desde hace años y uno de los puntos de fricción más importantes es el Fondo de Garantía de Depósitos, que no convence a las autoridades alemanas. Sin embargo, la situación y el temor a una posible traslación al conjunto del entramado financiero obligan ahora a Bruselas a prepararse, más allá de los mensajes de calma y seguridad, que no terminan de generar la tranquilidad que buscan.

En este sentido, el Ejecutivo europeo pretende garantizar la seguridad de los depósitos a la par que su mantenimiento en la entidad en el caso de estar esta afectada por una situación irreversible que la empuje a un traspaso. La absorción de Credit Suisse por parte de UBS, a través de fusión, ha reavivado este debate tras alcanzarse un acuerdo que no ha gustado en todos los niveles. La única solución encontrada por las autoridades suizas para evitar el contagio ha provocado también una serie de críticas tras garantizar el Gobierno del país 100.000 millones de francos suizos (valor similar al euro) para la liquidez del banco y la asunción de hasta 9.000 millones de francos en posibles pérdidas.

Lo que se plantea ahora en el seno de la Comisión es similar a lo que planteó Joe Biden tras la quiebra del SVB: garantizar los depósitos de los clientes de los bancos afectados por crisis. No obstante, los depósitos pertenecen a clientes muy diversos y el debate se abre en torno al sostenimiento con fondos públicos de los depósitos de grandes compañías. Los defensores de proteger a los grandes depósitos aseguran que mantenerlos intactos, evitando sus quitas junto con accionistas y bonistas, dota de un mayor valor a la entidad afectada por una crisis y, en consecuencia, su fusión o adquisición por parte de otro banco trasladaría mayor tranquilidad al sector, evitando quitas, y a los propios clientes, librando a estos de las normas de insolvencia.

Fondo Único de Resolución

El Fondo Único de Resolución (FUR) es uno de los mecanismos de la Junta Única de Resolución (JUR) para garantizar la resolución ordenada de las crisis de los bancos, buscando paliar los impactos sobre la economía real y las finanzas públicas de los Veintisiete. Con este fondo, se busca garantizar que las entidades financieras colaboran ante una posible crisis, ya que, esta conformado por las aportaciones de las entidades de créditos y de ciertas empresas de inversión de los 19 estados partícipes en la unión bancaria. Las previsiones sitúan el montante de este fondo a futuro en los 80.000 millones de euros, cantidad que a parte de las autoridades resulta insuficiente ante la falta de un fondo de garantía común de depósitos.

Así, se plantea el debate sobre si ampliar el FUR, diseñar de una vez por todas un sistema de garantía de depósitos común, más allá de la normativa común de cobertura de 100.000 euros por depositante que contempla ahora Europa, y la conclusión de una unión bancaria. Por el momento, garantizar los depósitos es una competencia nacional y, en el caso español, dispone de poco más de 7.000 millones de euros, con fecha de finales del pasado año. El Banco Central Europeo (BCE) ha llamado a concluir la Unión Bancaria que garantice los depósitos de todos los ciudadanos europeos.

La presidenta de la autoridad, Christine Lagarde, ha lamentado que esto no hará sucedido aún y, de hecho, ha reconocido no saber a que se debe. “Me pregunto que nos impide avanzar”, señalaba este jueves. No obstante, la presidenta del BCE asegura que la economía europea se encuentra mucho más preparada que en la crisis de 2008, cuando fue incapaz de reaccionar y evitar el contagio de Lehman Brothers.

"El sector bancario de la zona euro es resistente, con sólidas posiciones de capital y de liquidez" y, de no ser así, el Banco Central Europeo "está plenamente preparado para proporcionar liquidez al sistema financiero de la zona del euro en caso necesario y preservar la transmisión fluida de la política monetaria", aseguraba Lagarde después de que UBS absorbiese Credit Suisse, operación defendida por la presidenta. “Si los instrumentos de que disponemos no bastaran sé que nuestro personal es capaz de prever el reajuste o recalibrado que hará falta para afrontar cualquier riesgo de escasez de liquidez que surja en el futuro", añadía al respecto.