El Gobierno del PP lleva semanas vendiendo el mensaje de que España ha iniciado ya el camino de la recuperación económica. Es una afirmación que consiguen propagar gracias al inmenso apoyo mediático que tienen pero que todavía no se ajusta a la realidad. Una cosa es dejar de caer y otra cosa empezar a remontar. La economía española ha dejado de caer, pero se mantiene en el fondo de un pozo muy muy hondo. Hay un baremo indiscutible utilizado en todo el mundo para determinar que una economía crece: debe encadenar dos trimestres consecutivos de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB), y hasta la fecha Rajoy no puede presentar ni un solo trimestre de crecimiento en casi dos años de Gobierno. Con 6 millones de parados según la EPA y una deuda pública que se acerca peligrosamente al 100% del PIB, hablar de recuperación suena a broma.

Comunicado del G-20
España está en el G-20, el grupo de los 20 países más poderosos del mundo, gracias a la política exterior de Zapatero, pero de esta 'herencia' el PP no habla. El G-20 ha concluido con un comunicado en el que afirma que la recuperación económica mundial no se puede dar por definitiva porque los datos son muy endebles, Europa sigue con cifras preocupantes y además los países emergentes comienzan a tener problemas. En definitiva el G-20, al contrario que el Gobierno de Rajoy, dice que la recuperación todavía no ha llegado y que es necesario esperar a lo que ocurra en los próximos tres meses. Si hay intervención internacional en Siria o no, y el resultado de las elecciones alemanas más la decisión de la Reserva Federal de retirar o no este otoño la ingente cantidad de dólares que pone en circulación, son factores decisivos.

Draghi prudente
Primero fue la Unión Europea la que  señaló que la crisis del euro está embridada pero no la crisis económica. Una cosa es acabar con los ataques especulativos al euro que estuvieron a punto de provocar la ruptura de Europa e incluso algunos apostaron por la desaparición de la moneda única, y otra cosa es dar por superadas las consecuencias de la quiebra griega, la portuguesa, la irlandesa y el rescate de los bancos españoles. Fue el Presidente del Banco central Europeo (BCE), Mario Draghi, quien  frenó el ataque al euro cuando en julio del 2.012 anunció que estaba dispuesto a sacar toda su artillería para defender la moneda única. Pero falta mucho por hacer.

No comparte el optimismo
Mientras el 'alegre' ministro de Economía español, Luis de Guindos, declaraba al Financial Times que "empezamos a ver la luz al final del túnel" con 6 millones de parados y una deuda de casi el 100% del PIB, Mario Draghi -cuya famosa rueda de prensa salvó a España de la quiebra total- afirmó que la recuperación "está muy verde" y, lejos de lanzar las campanas al vuelo, afirmó tajante "no comparto ese optimismo", en referencia a las alegres declaraciones de políticos españoles. Draghi si certificó que España está cumpliendo con la reestructuración de los bancos, bien es cierto que no le queda otra al Gobierno dado que el rescate europeo implica que es la Troika y no Madrid quien controla y supervisa esa reforma. En todo caso, los signos positivos en la economía europea son tan débiles que Draghi esta vez anunció públicamente que está dispuesto a seguir bajando los tipos de interés, ya en una cota históricamente baja en la UE, un 0,5%.