El sector de la construcción nunca dejó de representar un un problema en forma de burbuja económica para España. Nuestro país, sigue basando su economía en el ladrillo y el cemento. Muestra de ello es que en el sector de la construcción se indica que el sueldo más bajo que percibe un trabajador es de 17.400 euros anuales, es decir, unos 4.000 euros por encima del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), según cálculos de la patronal Confederación Nacional de la Construcción (CNC)

De hecho, las diferencias respecto al SMI se incrementan conforme aumenta la categoría y calificación, obviamente, de la persona trabajadora, ya que con una categoría profesional de oficial de primera se cobra alrededor de los 18.500 euros anuales. La ganancia media mensual dentro del sector ronda los 1.900 euros -equivalente a 22.789,3 euros anuales-, elevándose hasta el entorno de los 2.200 euros en regiones como País Vasco, Asturias o Navarra. Mucho más de lo que cualquier profesional con estudios superiores completados cobra hoy en día en cualquiera de sus profesiones. 

Se trata de cifras que están muy por encima de otros sectores y que evidencian, en primer lugar, la existencia la existencia de una burbuja europea cuya señal de alerta ya la hemos visto en Estados Unidos. En segundo lugar, la eficacia de los sindicatos en este sector, la efectividad de los mismos y los resultados del diálogo social.

Salarios estratosféricos

Según el VI Convenio General de la Construcción, los menores sueldos corresponden a los peones ordinarios, quienes cobran 17.397,64 euros dentro del nivel salarial XII. Les siguen los peones especialistas, de nivel salarial XI, que tienen una retribución de 17.658,60 euros: ambos por encima en torno al 30% del salario mínimo, situado en los 13.300 euros para este año. De hecho, según la CNC las retribuciones según convenio son el mínimo que se remunera dentro del sector, aunque la patronal aclara que en la práctica los salarios reales son superiores.

¿Cuál es el problema?

Según la patronal, el principal problema con el que se encuentran los constructores en la actualidad es la  falta mano de obra cualificada. A día de hoy cuentan con 700.0000 trabajadores calificados para todos los proyectos que requiere el cumplimiento del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España. Desde el sector se realiza un llamamiento a quienes se encuentran en situación de desempleo o se hayan visto afectados por la crisis sanitaria ya que, según la Fundación Laboral de la Construcción, en la actualidad se tiene capacidad para formar a unos 200.000 trabajadores al año.

“El ladrillo es una actividad moderna, atractiva y resiliente, y que va a ser protagonista en los planes de rehabilitación y regeneración urbana que ha diseñado el Gobierno, dentro del Plan de Recuperación con los fondos europeos”, defienden la patronal y los sindicatos. Palabras que generan escalofríos entre quienes vivieron los peores años de la Gran Recesión y aún hoy recuerdan las vidas truncadas de todos aquellos jóvenes que abandonaron los libros por el cemento.