La frase "que no cunda el pánico" resulta tan manida como infructuosa, la realidad es que el pánico termina cundiendo siempre. Cuando alertaron sobre la pandemia, el papel higiénico despareció de los estantes. En pleno confinamiento, la harina, luego el aceite y ahora, en medio de una fuerte ola de calor, y con los precios de la energía tocando techo, les llega el turno a los cubitos de hielo.

Desde hace varios días comercios, supermercados, bares y restaurantes están acusando la escasez de este producto, ahora indispensable con temperaturas rondando los 42 grados en varios puntos de la península.

Un cúmulo de factores han hecho que la escasez de cubitos de hielo no pueda satisfacer la demanda actual. En primer lugar, el imparable aumento del precio de la energía en los últimos meses ha reducido la producción de este producto. En segundo lugar, la elevada inflación y el incremento de los precios, unidos a la alta demanda derivada de la temporada estival, dan lugar a una seria escasez de este producto.

A más calor, más demanda de hielo

La producción de hielo arranca durante los primeros meses del año con el objetivo de no hacer coincidir la producción con temporadas de alta demanda como la de verano.

Esta escasez de hielo corresponde principalmente a los altos costes de la energía eléctrica, ante los que las fábricas se vieron forzadas a ralentizar o detener su producción a causa del incremento del precio de la luz, necesaria para mantener el hielo hasta la temporada estival. Ahora, en plena ola de calor, cuando la demanda aumenta es cuando comienza a notarse la escasez del producto, tal y como alertan desde el sector.

Escasez de cubitos, mayor precio y racionamiento

ElPlural.com se ha puesto en contacto con Iceblack, empresa distribuidora de hielo, que lamenta la situación y reconoce que el no disponer del producto en épocas de mayor demanda supone “una pérdida del 60% o 70% en el volumen de negocio”, lo que dificultará la producción de hielo durante el próximo invierno.

 

El aumento de la demanda y la escasez de oferta viene aparejado por una subida de precios que afecta sobre todo a distribuidores y hosteleros, pero que también impacta en el bolsillo del consumidor. Ante la creciente demanda, algunos supermercados como Mercadona están comenzando a limitar la compra de bolsas de hielo por cliente para evitar el desabastecimiento.