Endesa ha obtenido un beneficio neto atribuido de 171 millones de euros en 2019, un 87,9% menos con respecto a los 1.417 millones de euros del ejercicio anterior, tras presentar unos deterioros contables totales en sus activos por valor de 1.873 millones de euros, según ha informado este martes la compañía. 

La caída del beneficio se corresponde con el deterioro de 1.469 millones de euros por el cierre de las centrales de carbón de As Pontes (A Coruña) y Litoral, en Carboneras (Almería) y una nueva dotación por 404 millones de euros por las centrales extrapeninsulares.

Esto es consecuencia del cálculo retribución por la actividad de producción de energía eléctrica en los territorios no peninsulares para el periodo 2020-2025, que ha sufrido una disminución significativa en esta retribución regulada.

Sin embargo, el beneficio ordinario neto del grupo dirigido por José Bogas alcanzó en 2019 los 1.562 millones de euros, un 3% más que los 1.511 millones de euros de hace un año. 

Además, según la compañía, 2019 ha cerrado por encima de los objetivos anunciados en el marco de su Plan Estratégico. "La buena gestión del mercado liberalizado, en un entorno complicado, tanto en el negocio de electricidad como en el de gas, sigue siendo el factor clave de estos buenos resultados, a lo que se han sumado la estabilidad del mercado regulado y el éxito en el esfuerzo de contención de costes", asegura Endesa. 

Los ingresos del ejercicio anterior se situaron en los 20.158 millones de euros, un 0,2% menos que en 2018, debido a que la producción eléctrica de la compañía fue un 17,2% inferior, hasta los 61.402 GWh.

La compañía ha informado que el deterioro contable no tiene impacto en el beneficio neto ordinario de la compañía, y, por consiguiente, tampoco en la retribución a los accionistas a través del dividendo. De hecho, Endesa ha anunciado que destinará el 100% del beneficio al pago de dividendos, donde el dividendo complementario de 2019 será de 0,775 euros brutos por acción.