El informe Habilidades del Futuro de Santander, presentado hoy, muestra un nuevo escenario donde el aprendizaje permanente se convierte en un pilar esencial del desarrollo profesional. Según el estudio, ocho de cada diez personas sienten la necesidad de seguir ampliando sus conocimientos, y un 38% afirma que la formación recibida antes de acceder al mercado laboral no le ha resultado útil.
La Inteligencia Artificial se posiciona como el mayor elemento de transformación en el empleo, y dominar su uso será clave para mantenerse activo profesionalmente. Seis de cada diez participantes lo reconocen, y también prevén que la IA y la Ciencia de Datos estarán entre las disciplinas más demandadas en los próximos años. Las expectativas de cambio son altas: un tercio teme que la IA sustituya su puesto, mientras que siete de cada diez creen que los trabajos del futuro aún no han sido inventados.
Ana Botín, presidenta ejecutiva de Banco Santander, ha señalado: “El auge de la Inteligencia Artificial está cambiando no solo nuestra forma de trabajar, sino también de vivir y aprender. Con esta transformación llegan inmensas oportunidades: impulsar la productividad, mejorar la competitividad y crear nuevas formas de valor. Pero también plantea un serio desafío: ¿Estamos preparado y somos capaces de adaptarnos a este nuevo mundo? En Santander creemos que las empresas deben ser parte de la solución. Por eso vamos a invertir 400 millones de euros entre 2023 y 2026 para apoyarla educación, la empleabilidad y el emprendimiento. Con iniciativas como Santander Open Academy queremos promover el aprendizaje continuo, ayudando a las personas a adquirir y actualizar sus competencias y a acceder a nuevas oportunidades para que nadie se quede atrás”.
El estudio, basado en encuestas a 15.000 personas de 15 países de Europa y América, refuerza la urgencia de adaptarse a un entorno laboral en constante transformación. Cuatro de cada diez personas elegirían una especialidad diferente a la que cursaron originalmente.
La mayoría coincide en que ampliar habilidades es imprescindible, aunque existen diferencias sobre quién debe liderar esta tarea. Un 39% considera que la oferta pública de formación continua es insuficiente, mientras que el 43% cree que las empresas deben asumir esa responsabilidad. Por otro lado, un 29% opina que son los propios profesionales quienes deben encargarse de actualizarse o redirigir su trayectoria.
El mercado de habilidades: nuevas demandas, nuevos enfoques
El informe, desarrollado con la colaboración de expertos de instituciones académicas internacionales, analiza las oportunidades emergentes en educación, empleo y emprendimiento, y ofrece una perspectiva sobre cómo prepararse para los retos laborales del mañana.
El panorama laboral se presenta como un ecosistema en el que el perfeccionamiento constante será decisivo. Casi la mitad de los encuestados (45%) da más importancia a las habilidades blandas —como la comunicación, el liderazgo o el trabajo colaborativo— que a las competencias técnicas.
En este contexto, las plataformas digitales de formación ganan fuerza como alternativa de aprendizaje. Aunque el 89% reconoce no estar familiarizado con estas herramientas, seis de cada diez se muestran dispuestos a utilizarlas.
Un 36% prefiere una modalidad de aprendizaje híbrida, y un 31% optaría por universidades públicas como principales proveedoras de formación continua. También se detecta un aumento del interés por el emprendimiento como vía para crear empleo y generar valor.
Una mirada global: cómo cambia la formación según el lugar
Las actitudes ante la formación varían según la región, pero hay una tendencia global hacia un aprendizaje más autónomo y práctico. Europa lidera en movilidad profesional: el 70% ha cambiado de sector, empresa o función. Sin embargo, también es el continente con mayor insatisfacción respecto a la formación previa al empleo. Aun así, el 64% cree que existen buenas oportunidades laborales en la región, y solo un 26% se plantea emigrar fuera de la UE por motivos laborales.
En Estados Unidos, la mentalidad práctica se impone: el 48% considera que la experiencia real y la educación no formal tienen más valor que la formación académica. La mitad de los encuestados prefiere formarse con profesionales en activo, y el 52% cree que las empresas deben liderar la oferta de formación continua.
Por su parte, en América Latina predomina la idea de que es el individuo quien debe responsabilizarse de su aprendizaje. Un 32% nunca ha cambiado de trayectoria profesional, el porcentaje más alto del estudio. A la vez, es la región con una visión más positiva (65%) sobre el impacto de la formación digital, y donde más personas están dispuestas a utilizar plataformas online (76%).