Este pasado martes, de forma oficial, la empresa Ferrovial comunicaba a la Comisión Nacional del Mercado de Valores el traslado de su sede social desde Madrid a Países Bajos. Esta “huida” de una de las compañías históricas y de mayor envergadura de España, conlleva la salida de una de las grandes cotizadas del escenario empresarial español.

Rompe la idea de que esta empresa, española en su génesis y en su desarrollo, propietaria de una de las sagas familiares más acaudaladas del país -los del Pino-, que fue colaboradora en el golpe de estado franquista y que recibió jugosos contratos durante la dictadura, sea un grupo al que podamos definir como patriota. Lejos de la realidad, quienes tienen siempre las palabras “España” y “Patria”, demuestran, como ahora, que cuando los intereses económicos, en forma de pagar menos impuestos o de aumentar beneficios, mandan, ni son españoles ni son, mucho menos, patriotas.

Primos franquistas, apellidos de abolengo derechista y contratos del Régimen

Ferrovial está presidida por Rafael del Pino Calvo-Sotelo, una de las mayores fortunas de España. El directivo es la tercera persona española más rica del país y la 708 del mundo, con un patrimonio estimado en 3.800 millones de euros, según Forbes. Es hijo de Rafael del Pino y Moreno y Ana María Calvo-Sotelo, hermana del expresidente del Gobierno con la UCD, Leopoldo Calvo-Sotelo. Como dato genealógico de pedigrí ultra, también mencionamos que su primo segundo, era el golpista del 23 F, Jaime Milans del Bosch y Ussía, defensor del Alcázar de Toledo, combatiente de la División Azul en la Segunda Guerra Mundial contra la URSS con rango de capitán. Todo un conjunto de apellidos “ilustres” y muy derechistas (Calvo-Sotelo, Ussía, Milán del Bosch) distinguen a la familia.

Ministros franquistas y alianza de poder en matrimonios

Y es aquí, en Rafael del Pino y Moreno, su padre, donde ancla la enorme fortuna que atesoran al ser una empresa mimada por la dictadura. El patriarca de la familia abrazó la causa de los sublevados desde el inicio del Golpe de Estado. Rafael Del Pino Moreno, combatió contra los republicanos como voluntario en el ejército “nacional”. Esta adhesión personal le procuraría pingues beneficios posteriormente y el nacimiento del actual imperio. Sus orígenes empresariales hay que verlos en su primera firma, “Vías y construcciones”. En esa empresa participa también un primo de Rafael Del Pino. Se trató de José María López de Letona y Núñez del Pino, posteriormente nombrado ministro de Industria de Franco. A partir de los contratos otorgados por el régimen de Franco, llegarían otros millonarios con el Estado a través de Renfe y de ahí, el nacimiento de Ferrovial. Rafael del Pino, tras unirse en matrimonio con Ana María Calvo-Sotelo Bustelo, se une a una de las familias con mayor abolengo conservador de España.

A día de hoy y según Linkedin, VIAS es “una empresa constructora con más de 80 años de experiencia, que pertenece a uno de los mayores grupos de Construcción y Servicios de ámbito Internacional, una de las primeras empresas constructoras de España por cifra de negocios y rentabilidad”. 

Las redes de poder en España. Elites e intereses

De estas estrategias de familias, adhesiones franquistas y pagos en contratos públicos, da cuenta el libro Las redes de poder en España. Elites e intereses contra la democracia (Rocaeditorial, 2019). El profesor de Economía de la Universidad Complutense de Madrid, doctor en Sociología, Andrés Villena Oliver, describe este favoritismo a los Del Pino, así como a determinados miembros, como la constatación de una red de poder de las élites económicas, beneficiadas por sus estrechos contactos con el poder. También como tramas familiares, dan lugar a influencias de determinadas grandes empresas españolas, convertidas además en grupos de presión política que llegan y continúan en democracia. 

¿Están los fondos de inversión detrás de la operación “patriótica” de Ferrovial?

En declaraciones a ElPlural.com, el profesor malagueño mantiene que “Ferrovial creció siendo uno de sus pilares la contratación pública, cuando España crecía a tasas del PIB superiores al 5%”. Se extraña Villena Oliver de que ahora, esta empresa, quiera marcharse. Habría que analizar o investigar si han sido los fondos de inversión quienes lo han pedido, porque el “patriotismo de los empresarios españoles está sobradamente demostrado por el tipo de partidos a los que han financiado electoralmente”.  

Deja en mal lugar a Díaz Ayuso

En definitiva el traslado de Ferrovial de su sede social desde Madrid a Países Bajos, es una mala noticia que, además de dejar en mal lugar los orígenes “ultrapatriotas” de la familia, pone en solfa o desmiente el supuesto atractivo para las grandes empresas, como idea fuerza de los discursos de la presidenta de la Comunidad de Madrid. La pregunta sería que si Díaz Ayuso es incapaz de mantener en Madrid a una gran empresa presidida por “uno de los suyos”, ¿cómo va a atraer inversiones de otras compañías foráneas?