Las energéticas españolas se están preparando para poner en marcha la transición ecológica anunciada por el Gobierno e incluida en el Plan de Recuperación, Resiliencia y Transformación. Para ello, compañías como Endesa e Iberdrola ya se están preparando para añadir los servicios de flexibilidad de la demanda a sus ofertas, tal y como avanza El Economista.

Este sistema ya se utiliza en otros países y permite al operador reducir el consumo eléctrico de sus clientes a cambio de una retribución económica. El objetivo es evitar arrancar una central en el momento en que no hay energía suficiente y facilitar así la integración del mayor número posible de centrales de energía renovable.

Las claves de este tipo de servicio consisten en disponer de un Plan de Modulación del consumo del cliente, para que esté preparado para responder ante una petición de activación por el gestor de la red. Se trata de una especie de interrumpibilidad a pequeña escala para los consumidores.

Por un lado, Endesa asegura que podrán participara los clientes que, con un aviso de 15 a 30 minutos de antelación, puedan reducir su potencia consumida durante al menos una hora, con varias formas de reducir temporalmente el consumo de electricidad.

Algunas de estas medidas pasan por transferir cargas a generadores de respaldo, el apagado temporal de líneas de producción o de equipos de uso intensivo de energía, la reducción de aires acondicionados o el aumento mínimo de grados en enfriadores.

Por otro lado, Iberdrola también reconoce estar preparándose para lanzar una oferta de este tipo, basada en la monitorización y optimización de la curva de carga, así como la participación en los mercados de flexibilidad.