La multinacional española, que es líder mundial en infraestructuras, vive un momento dulce. El año pasado obtuvo un beneficio neto de 668 millones de euros y avanza con paso firme hacia una nueva etapa en la que la movilidad sostenible, la transición energética, la digitalización y el sector biofarmacéutico tendrán un papel protagonista, todo ello sin olvidar el área concesional, que se verá reforzada.

Los accionistas de la compañía deberán votar este viernes en la Junta General los resultados del año pasado. En el orden del día figuran, entre otras cosas, la reelección de Florentino Pérez como consejero ejecutivo de la entidad, la fijación del número de miembros del Consejo en quince, así como sus retribuciones, el nombramiento de Deloitte como auditor de cuentas de la sociedad, estudiar la posibilidad de hacer un aumento de capital con cargo íntegramente a reservas y autorización para la reducción de capital para amortizar acciones propias.

La evolución y el dinamismo de ACS son innegables. La compañía empezó el año aumentando su participación en la autopista SH-288, una de las más importantes de Texas y ya está cerca de hacerse con la totalidad de un proyecto que consolida el negocio concesional; ha llevado su cartera de pedidos a máximos históricos con proyectos tan emblemáticos como la renovación de la base militar de Pearl Harbor y acaba de anunciar que su filial Flatiron va a construir el tranvía de Calgary, en Canadá, por 3.700 millones de euros.

El mayor desafío de ACS

Uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado ACS ha sido la restitución de las comunicaciones en La Palma tras la erupción volcánica que asoló el paraje Cabeza de Vaca. La constructora, a través de Dragados, consiguió reconectar las localidades afectadas con el norte de la isla a través de una carretera de emergencia construida parcialmente sobre las coladas de lava. Los ingenieros tuvieron que idear soluciones rompedoras para hacer frente a este desafío sin precedentes.

La carretera de La Palma se ha hecho con materiales procedentes de la erupción volcánica con el objetivo de minimizar el impacto medioambiental

Dragados construyó la carretera que permitió reconectar la zona asolada por el volcán de La Palma con el resto de la isla, todo un reto ya que trabajaron sobre un terreno que llegó a registrar temperaturas superiores a los 350 grados
Dragados construyó la carretera que permitió reconectar la zona asolada por el volcán de La Palma con el resto de la isla.

El principal condicionante para las obras, que se iniciaron apenas seis meses después de finalizar la erupción, fueron las altas temperaturas, que en superficie pueden variar entre los 150º hasta más de 350º a una profundidad de 1 m. y hasta más de 450º a unos 3 m. de profundidad. El calor afectó tanto a los trabajos de movimiento de tierras como a los elementos que forman la carretera, especialmente al paquete de firme. Se hicieron numerosas investigaciones para conocer el comportamiento de las coladas, la variación de temperaturas, así como la selección de materiales. Nunca se había construido una carretera sobre lava reciente y, además, utilizando materiales procedentes de la propia erupción volcánica con el objetivo de minimizar el impacto medioambiental. La constructora montó un laboratorio para seleccionarlos y realizar pruebas.

Es un buen ejemplo para demostrar la evolución de la multinacional española, que se está focalizado en proyectos de nueva generación, con soluciones innovadoras, como las que ha aplicado en la Isla Bonita, con el cuidado del medio ambiente como referente. La sostenibilidad forma parte del ADN de las empresas del Grupo, tal y como ratificó Juan Santamaría, CEO del holding empresarial, durante la presentación de resultados correspondientes al ejercicio 2022.

Nichos clave para ACS

Tal y como explicó Juan Santamaría, la estrategia de esta nueva etapa apunta a cuatro nichos de mercado muy concretos: centros de datos, plantas de baterías, laboratorios farmacéuticos y hospitales. ACS ya estaba presente en estas áreas, pero ahora da un paso más allá al convertirlos en el motor de crecimiento de la multinacional.

La Victorian Big Battery, una de las plantas de baterías del Grupo ACS en AustraliaLa Victorian Big Battery, una de las plantas de baterías del Grupo ACS en Australia

Prueba de ello son adjudicaciones de los últimos meses, todas ellas enmarcadas en estos cuatro ámbitos. Consciente de la oportunidad que abre el vehículo eléctrico y la necesidad de plantear una nueva movilidad, sostenible y respetuosa con el medio ambiente, la compañía está desarrollando plantas de batería para gigantes como LG Honda (con un valor de 3.400 millones de euros) o Panasonic (de 2.900 millones). Asimismo, se ha adjudicado en Kentucky (EEUU), la construcción de una pionera fábrica de reciclaje de baterías para la empresa Ascend Elements. El proyecto, valorado en 1.000 millones de dólares, utiliza un proceso de síntesis desarrollado por el cliente para fabricar materiales de batería sostenibles a partir de baterías usadas, reduciendo residuos y emisiones de carbono.

Centro de procesamiento de datos construido por Turner en EEUUCentro de procesamiento de datos construido por Turner en EEUU

El ámbito de la digitalización es otra de las puntas de lanza del Grupo ACS. Este tipo de instalaciones son imprescindibles en una sociedad digitalizada y, al tratarse de infraestructuras críticas, están construidas para soportar desastres naturales, eventuales ataques cibernéticos y cualquier tipo de incidente. El liderazgo en Estados Unidos está más que asentado, pues Turner ha construido estas infraestructuras para las mayores tecnológicas del mundo. Ahora, el objetivo es saltar el charco y traer estos proyectos a Europa, donde la filial alemana Hochtief acaba de cerrar un acuerdo con el fondo Palladio Partners para la construcción de un puntero centro de procesamiento de datos (CPD), en Alemania 

Otro hito de este año, que refuerza la presencia de ACS en EEUU, ha sido la adjudicación de un contrato para la renovación de la base militar de Pearl Habor, en Hawái, por valor de 2.700 millones de euros. Lo ha hecho a través de una joint venture liderada por Dragados y el contrato incluye partidas opcionales que podrían elevar el presupuesto hasta más de 3.000 millones. Se trata de un innovador proyecto para la construcción de un dique seco que se utilizará para el mantenimiento de futuros submarinos nucleares. La constructora lleva trabajando estrechamente con la Armada estadounidense desde 2021 para el desarrollo de métodos constructivos e innovaciones técnicas que permitan modernizar esta emblemática base naval.

El ámbito de la salud y el sector biofarmacéutico brindan a la compañía otro nicho de oportunidades. Siguiendo la senda marcada por Juan Santamaría, ACS anunció la construcción de un Hospital Infantil en Boston y una planta farmacéutica en Colorado para la producción de oligonucleótidos parta tratar el cáncer y otras enfermedades cardiovasculares. Asimismo, a finales de marzo consiguió un nuevo contrato en Florida para la construcción de un centro médico de última generación para el tratamiento de pacientes oncológicos, entre otras cosas.