A finales de julio de 2012, Sara Pérez Frutos, propietaria de la empresa de asesoramiento financiero (EAFI) Dracon Partners, acude al Congreso de los Diputados acompañada de Francisco Nicolás Gómez Iglesias. Entonces este personaje es un desconocido para el gran público, porque aún faltan dos años para que salte a la fama, en octubre de 2014, bajo el apodo de el pequeño Nicolás. Los dos van a encontrarse en su despacho con Elvira Rodríguez, exministra de Medio Ambiente con José María Aznar, diputada del PP y presidenta de la comisión de Economía del Congreso y, sobre todo, en aquel momento la mujer que suena como principal candidata a presidir la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

FAES, lugar de encuentro

Pérez Frutos y Fran se conocen de tiempo atrás. Ella, economista, asesora financiera, analista de bolsa, asidua comentarista de las televisiones, tertuliana…, acude invitada con cierta frecuencia a FAES, el think tank popular, ya que el PP la ve como una mujer de futuro. Allí se le acerca un día un joven de Nuevas Generaciones, de tan sólo 16 años, que quiere felicitarle por la conferencia que acaba de dar. El joven, que terminará por ganarse su confianza y se presenta como Fran, está en realidad haciendo lo mismo, gracias a su capacidad de caer en gracia, con decenas de altos cargos del PP y muchos otros invitados de los que acuden a participar en los cursos y actos de la fundación conservadora.

Ese verano de 2012, Sara Pérez Frutos está presionada por problemas profesionales muy graves. Algunos directivos de la CNMV la están acosando(así lo denuncia ante la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal –UDEF-) porque su empresa ha crecido demasiado deprisa, porque no sigue los métodos habituales, porque factura demasiado dinero para lo habitual en las empresas de su sector, porque se está convirtiendo en un personaje mediático…

Después de un periodo de negociaciones entre las que se incluyen las peticiones para que contrate de director para su empresa a la persona que ellos le propongan y la exigencia de que les entregue el listado de sus clientes con DNI, teléfonos y correos electrónicos que ella teme quieran traspasar de su cartera a otras empresas bursátiles, en la CNMV le dicen que si no hace como le piden acabarán por retirarle su licencia para ser asesora financiera y amenazan con cerrarle la empresa y enterrarla en multas.

Sara, quien a esas alturas ya ha establecido una sólida amistad con el pequeño Nicolás, le cuenta a éste sus problemas profesionales. Y el joven cachorro de Nuevas Generaciones la sorprende haciéndole una oferta: él tiene acceso a quien suena como una de las mejor colocadas para pasar a presidir la Comisión, Elvira Rodríguez y se ofrece a concertarle una entrevista. Ante la incredulidad de la asesora bursátil, Fran llama a la exministra y ésta, de inmediato, les da una cita para sólo unas fechas más tarde. Quien todavía no se ha convertido en el pequeño Nicolás le explica que en realidad las dos mujeres se van a hacer un favor mutuo.

El síndrome del inspector corrupto

A Sara Pérez Frutos le conviene contar sus problemas a quien podría pasar a ser en sólo unas semanas la jefa de quienes ahora siente que la acosan y amenazan con dejarse sin empresa. Elvira Rodríguez, que quiere ganar puntos para hacerse con la presidencia de la CNMV también tiene de qué beneficiarse con en el encuentro. Con la información que le pasen puede deslumbrar a Luis de Guindos, ministro de Economía, demostrándole que tiene información interna del malfuncionamiento de la Comisión y que ella es la persona adecuada para poner orden en un lugar tan crucial como es el regulador bursátil.  

Durante el encuentro de los tres, Sara Pérez Frutos pone al tanto de su situación a Elvira Rodríguez, le muestra una buena parte de la documentación de que dispone y le comenta sus problemas con los altos funcionarios de la CNMV. La exministra en un momento determinado le dice incluso que entiende perfectamente su situación, que califica ante su amigo Fran y la empresaria bursátil como el típico caso de inspector corrupto. Les dice que ella misma lo ha sufrido durante su tiempo como Secretaria de Estado de Presupuestos con un alto cargo de la Intervención General del Estado y, al despedirse, les urge a que la mantengan al tanto del caso.

Pocos días después de esta primera entrevista, la amenaza sobre Sara Pérez Frutos se concreta y le cierran su EAFI y le retiran su licencia. Sara se lo cuenta a su amigo Fran que llama de nuevo a Elvira Rodríguez y, siguiendo las instrucciones de ésta, el 6 de agosto le envía un correo electrónico donde le adjunta lo que está pasando a la propietaria de Dracon Partners: tanto los motivos que le dan desde la CNMV para la revocación de su licencia, como los argumentos que esgrime en su defensa la propia Pérez Frutos.

El correo es éste que reproducimos a continuación:

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Email del Pequeño Nicolás a Elvira Rodríguez

Están cojonudas Fran

La contestación de la actual presidenta de la CNMV (fue nombrada para el cargo menos de dos meses después del encuentro con Sara Pérez Frutos y el pequeño Nicolás), como se ve es contundente:

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Como hemos venido informando en ELPLURAL.COM, Sara Pérez Frutos acudió paralelamente a la UDEF para denunciar lo que ella considera ilegal acoso desde determinados funcionarios de la CNMV. La policía judicial abrió una investigación, bajo el nombre Operación Parqué, que en estos momentos, cuatro años después, sigue abierta, y que dirige desde junio de 2015 el fiscal de la Audiencia Nacional Daniel Campos. Entre las pruebas que ha recogido la policía figura la grabación de un posterior encuentro, éste celebrado en su despacho de presidenta de la CNMV, entre Elvira Rodríguez y Sara Pérez Frutos. Una grabación, por cierto, que en sus minutos finales vuelve a centrarse en la figura de Fran Nicolás Gómez. Las dos mujeres comentan su sorpresa por el giro público que para entonces había alcanzado ya la figura del joven que les había presentado en 2012 y que ahora todo el mundo conocía ya, no como Fran, sino como el pequeño Nicolás.