Francisco González (FG), quien supuestamente encargó al excomisario Villarejo espiar a un Gobierno democrático con el BBVA pagando las facturas, es actualmente presidente de honor del banco. Concretamente desde el mes de diciembre de 2018, cuando también fue nombrado presidente de la fundación del banco. Ambos puestos son de carácter no ejecutivo, así que, a pesar de la dimensión del escándalo de las escuchas, que preocupa por igual a Gobierno de España, Banco Central Europeo (BCE), Banco de España y Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), está fuera del alcance del supervisor europeo, cuyas funciones sólo llegan hasta los cargos ejectuvos de las entidades a las que vigila.
¿Rapidez y eficacia?
Aún así, desde el BCE se confía en que el consejo de administración del BBVA, único órgano que puede decidir ahora sobre el destino de FG, "resuelva el asunto de manera rápida y eficaz". Sin embargo, el presidente del BBVA, Carlos Torres Vila, insiste en que hay una investigación interna en proceso, que llevaría más de seis meses en marcha y que no hay evidencias de que su mentor y antecesor ordenase las escuchas al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Así que la rapidez en la que confía el BCE está sujeta a interpretación.
Aunque tanto el Gobierno como el BBVA no han confirmado haber recibido mensajes desde Fráncfort, el BCE mantiene una comunicación constante con las entidades bajo su alcance, dentro de su papel de supervisor. Desde diciembre de 2014, tras las deficiencias detectadas durante la crisis financiera en el funcionamiento de los bancos, el BCE actúa también como controlador en materia de buen gobierno y adecuación de los miembros de los equipos gestores de los bancos sistémicos (aquellos cuyas dimensiones e importancia tienen gran influencia en el sistema financiero).
De este modo, el BCE se encarga de evaluar la idoneidad de los nombramientos de directivos en las entidades europeas aplicando distintos criterios, incluyendo la experiencia y reputación de los candidatos, así como los potenciales conflictos de intereses. Según refleja la guía sobre los procesos de evaluación del BCE, las evaluaciones de idoneidad afectan a los miembros de órganos de dirección, tanto en la función ejecutiva como de supervisión de todas las entidades sujetas a la supervisión directa del BCE, ya sean entidades de crédito o sociedades financieras (mixtas) de cartera.