La pirámide poblacional es uno de los principales problemas que el mercado laboral español deberá afrontar a medio-largo plazo. La llegada de la generación del baby boom a la jubilación y los cambios demográficos en los rangos de edad más bajos presentan complicaciones que, de no ser abordadas, pueden golpear duramente al trabajo del país. Así lo evidencia un estudio de la Fundación Mapfre, en colaboración de Fundación máshumano, que recoge que el peso de los séniors en la población ocupada ha aumentado de manera significativa, mientras se ha reducido el de los jóvenes.

En detalle, el número de ocupados sénior ha pasado de 2,3 millones a 4,1 en 2022 (un incremento del 78%). En contraste, en el mismo periodo, el colectivo junior ha pasado de 4,6 millones a 2,9 millones, lo que supone una disminución del 37% de jóvenes trabajando. Esta progresión no solo se evidencia en el número de ocupados, sino también en la población activa, a la que los jóvenes colaboran con un 16%, por el 20% de los sénior.

Esta situación, destaca el estudio, no es solo consecuencia de la pirámide poblacional, sino también de la emigración de trabajadores cualificados, el fracaso escolar y las condiciones laborales de los jóvenes. En la misma línea, Ayuda en Acción asegura que casi la mitad de la juventud (el 40% de las personas de 15 a 29 años) sufre desventajas que le impiden acceder al mercado laboral, lo que se traduce en que sólo un 23% de las personas jóvenes están actualmente empleadas en un trabajo estable.

La construcción de la economía española tiene también una importancia vital en el reparto sectorial de los trabajadores. La amplia mayoría, independientemente de la edad, se concentra en el sector servicios, que emplea al 77% de seniors y el 81% de jóvenes. Diferenciando entre ramas de actividad económica, los jóvenes se concentran en sectores como la hostelería y comercio, frente a los mayores que se sitúan en el área sociosanitaria y la industria. En cuanto al tipo de jornada, predomina el tiempo completo, tanto entre los mayores (89%) como entre los jóvenes (77,8%).

El paro mejora para los más jóvenes

Los datos mejoren entre los jóvenes, pero todavía representan el 30% de los desempleados del país, con cerca de 900.000 parados. Esta cifra se se sitúa muy por encima de la que corresponde a los seniors (16,4%), que se acerca al medio millón de personas (489.000). No obstante, pese a que el colectivo sénior cuenta con menos personas desempleadas, el paro juvenil está experimentando una reducción, mientras que el sénior está subiendo.

En el periodo de 2008 a 2022, se ha visto un incremento de 300.000 seniors desempleados, mientras que el colectivo junior cuenta con 153.000 jóvenes desempleados menos. Estos últimos, además, han continuado mejorando notablemente sus cifras durante este año. Del estudio de la Fundación Mapfre se desprende también que el paro de larga duración es superior entre los mayores de 55 años. Entre los parados, más del 50% de los seniors lleva dos años o más en situación, frente a los jóvenes, donde la mitad lleva menos de 6 meses en desempleo.

Atendiendo a la tasa de actividad, se ha producido un incremento de activos en el grupo sénior, que ha pasado de 2,5 a 4,6 millones, mientras que se ha disminuido el total de activos jóvenes (de 5,7 a 3,8 millones de 2008 a 2022). Pese a ello, la representación en la tasa de actividad en el total nacional todavía es superior el colectivo junior (55,2%) frente al sénior (49,85%). Asimismo, destaca que la tasa de actividad de los seniors españoles es menor que la de los países de referencia en Europa.

Más autónomos mayores

La población más mayor también se destaca entre el colectivo de trabajadores por cuenta propia. Tan solo 189.000 menores de 30 años son actualmente autónomos en España, mientras que casi un millón (977.000) están por encima de los 55 años.

En el caso de los autónomos mayores, el porcentaje que contrata es muy superior (35,4%) en comparación con los jóvenes (10,5%). Esto, según los autores del informe, indica que no todos los seniors que se ponen a trabajar por cuenta propia lo hacen como “autoempleo”, sino que más de un tercio de ellos, además, contrata al menos a un empleado.