Tener hijos cuesta sudor y sangre. Libros, ropa, utensilios escolares. Llegamos a la recta final del verano y la operación ‘Vuelta al cole’ se pone en marcha pero, ¿sabemos cuánto cuesta realmente mantener a un hijo?

En la era de la precariedad laboral, el coste de la crianza de los hijos es difícil de afrontar. Teniendo en cuenta que el salario mínimo en España es de 900 euros brutos al mes y, el más frecuente, es de 1.248 euros brutos al mes en 14 pagas, afrontar los desorbitados gastos que supone tener un bebé no es un asunto baladí. Más si tenemos en cuenta que, según el Banco de España, en 2014 el índice de riqueza neto de los hogares españoles se situaba en 245.600 euros, es decir, más de 120.000 euros de diferencia que los datos recogidos en el último índice publicado, que se sitúa esta cifra en 119.400 euros. En resumen: los salarios han menguado, las necesidades se han encarecido y la riqueza de los hogares españoles se ha hundido a la mitad.

Familias a las puertas de la crisis

La contracción económica de la eurozona es una muestra más de desaceleración. La recesión está por llegar y las familias españolas han de sentarse a hacer cuentas. Aunque menos endeudadas que hace una década, los hogares tendrán que tomar difíciles decisiones ya que la tasa de ahorro si sitúa en mínimos históricos, por lo que, para aquellos que dan la bienvenida a un nuevo miembro a la familia, las cuentas del hogar serán cuestión de encaje de bolillos.

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Según un informe publicado por la ONG Save the Children al cierre del año 2018, el coste de la crianza de un menor oscila entre 480 y 590 euros mensuales, mínimo y sin tener en cuenta, por ejemplo, los gastos de guardería. “Para la franja de 0 a 3 años, el gasto más elevado es el de conciliación, que representa entre un 30 por ciento y casi un 40 por ciento. Para las franjas de 4 a 6 años y de 7 a 12 años, las partidas más elevadas son las de educación, alimentación y conciliación. Los gastos de alimentación, educación y gastos extraordinarios aumentan a partir de los 13 años”. Es decir, durante los primeros tres años de vida, las familias desembolsan un mínimo mensual de unos 480 euros; entre los 4 y los 6 años de edad esa cifra asciende a los  520 euros. De 7 a 12 años, el coste se incrementa a los 580 y entre los 13 y los 17 años a unos 590 euros mensuales. Sin embargo, estas cantidades pueden variar en función de la comunidad autónoma en la que se resida, ya que el coste de vida es más alto en Madrid, Cataluña, País Vasco y Navarra y menor en el resto de comunidades autónomas. Pero, ¿qué encarece la cesta de la compra?

“Los primeros tres años de vida se caracterizan por una alimentación particular, la necesidad de comprar ropa nueva constantemente y por muebles y utensilios como cuna, cochecito, etc. De 4 a 6 años los hijos se incorporan a la alimentación familiar y la habitación de bebé se convierte en una habitación de niño o niña. El tipo de juguetes y ocio cambian y la ropa sigue necesitando renovarse de manera frecuente. De 7 a 12 años siguen creciendo muy rápidamente. En la habitación se hacen algunos cambios para dejar de lado algunos muebles de la etapa de bebé. Ya comen más cantidad de alimentos y se han incorporado totalmente a la dieta de la familia. De 13 a 17 años se dejan los juguetes de lado y el ocio lo realizan con sus amistades. El estilo de vestir cambia y requieren aparatos electrónicos. También aumenta el gasto en alimentación”, explica en su informe la ONG.

Estos gastos además se ven multiplicados en fechas claves como Navidad y, por supuesto, en septiembre. Comienzan las clases y nuevos datos de la consultora Idealo revelan que la vuelta al cole será este año más cara. Las familias gastarán de media 408,98 euros, es decir un 11,62 por ciento más de lo que pagaron  el pasado año. Los artículos de papelería y los chándales serán los que más acusen la subida de los precios del 46 y el 22 por ciento respectivamente.

Menores en riesgo de exclusión                                 

Para muchas familias, hacer frente a estos gastos supone un verdadero desafío, por ello Save the Children alerta en su informe de que en el conjunto del país existe hasta un 28,3 por ciento niños y niñas que  viven en riesgo de pobreza infantil, es decir, más de 2,2 millones de menores. “Casi 700 mil hogares en España no consiguen cubrir el coste mínimo para poder criar un hijo o hija en condiciones dignas, no pueden asegurar las condiciones mínimas para garantizar un desarrollo adecuado y el bienestar del niño o niña”, afirma la ONG.

Por otro lado, según una Encuesta Sobre Integración y Necesidades Sociales de la Fundación FOESSA “en el actual escenario -económico- el 21 por ciento de los hogares con menores a cargo se encuentran en situación de exclusión y esa cifra se eleva hasta el 28 por ciento cuando se trata de un hogar monoparental y al 33 por ciento si hablamos de familias numerosas”.        

La precariedad a la que se encuentran expuestas las familias es uno de los indicadores que afectan directamente a la natalidad. Cada vez nacen menos bebés en España. De hecho, según los últimos datos revelados por el Instituto Nacional de Estadística, en 2018 se registraron 369.302 nacimientos, es decir un 6,1 por ciento menos que el año anterior. En la última década la cifra de nacimientos ha decrecido un 30 por ciento. Retrasar la maternidad, la falta de conciliación laboral y los bajos salarios son los principales problemas por los que atraviesa una sociedad envejecida.