El mercado no siempre sigue la lógica de máximo beneficio que le caracteriza y, cuando no es así, suele deberse a prejuicios y fallas. Tan solo los estereotipos pueden explicar que el segmento de edad de mayores de 55 años, que son los que mayor poder adquisitivo atesoran, esté descuidado por el mercado, tal y como revela el estudio realizado por 65yMás en colaboración con Comscore. El “abuelito inactivo” no es real y así lo desprende el informe, que evidencia que, precisamente, en esta franja de edad se encuentran las personas con más ganas y tiempo de desarrollar actividades unidad al consumo

Un nuevo perfil de persona ‘mayor’, con un “envejecimiento ilusionante”, debería estar presente ya para las empresas, que están cometiendo el error de excluir a este tipo de personas con una doble consecuencia. Por un lado, en el ámbito más social, la desigualdad e injusticia que supone que el 34% de la población no encuentre una oferta destinada y especializada; y, por el otro, en el ámbito más económico, la pérdida de ingresos que supone para el tejido empresarial no segmentar el mercado y obviar a 16 millones de consumidores en potencia.

El mayor de hoy es una persona activa, inquieta y con recursos, que viaja, hace deporte, tiene preocupación cultural, siente la modernidad, hace valer sus derechos, sabe utilizar las nuevas tecnologías y casi siempre consigue romper las brechas que lo separan de las nuevas generaciones”, asegura Fernando Ónega, presidente de 65yMás, en el prólogo del estudio. “Quizá sea la generación con menos miedo a los cambios de toda la historia de España”, sentencia. Sin embargo, como queda reflejado en el texto, existe un sentimiento generalizado de falta de pertenencia y de desaprovechamiento de su talento, situación que debe ser revertida.

Estamos aprendiendo a criar niños, adolescentes y adultos a golpe de Wikipedia y WhatsApp

Y es que atesorar la mayor renta media desde hace diez años no es la única variable importante. El aumento de la esperanza de vida, la disponibilidad de mayor tiempo libre y a la tenencia de viviendas de las que son propietarios “convierte a muchos de los sénior en un colectivo de enorme atractivo para las marcas”, asegura el informe, “sin que esto se haya traducido, en la mayoría de los casos, en la existencia de una comunicación comercial dirigida de manera específica a este grupo, con su propio lenguaje y sus códigos específicos”, lamenta.

No solo importa la salud

Si bien existe el rumor extendido de que a las personas con mayor edad únicamente les preocupa la salud, la pensión y los temas relacionados con estos dos aspectos, nada está más lejos de la realidad. “Son personas activas que nada tienen que ver con los estereotipos caducos imperantes”, expresa el informe que, con estadísticas, muestra que estos son el nuevo target comercial con la mayor afinidad en sectores como la Automoción, Belleza, Deportes, Estilo de vida, Actualidad, Telecomunicaciones o Viajes.

Entre las mayores preocupaciones se encuentran la pensión, la seguridad, el ahorro, de igual manera que entre las generaciones más jóvenes el paro o los salarios; sin embargo, también existe un gran peso por el ocio o el talento senior. “Existe un desequilibrio entre cómo son los mayores y cómo los ve la sociedad de consumo, lo que se plasma en una imagen estereotipada de ellos en la comunicación comercial”, apunta el informe. Esta situación es contraproducente, ya que, la adaptación al mundo digital es mucho mayor de lo que la sociedad cree, a pesar de que gusten a la par del trato personal.

“Ya no compramos papel para informarnos y no mandamos papel para contar nada”, expone con humor Jaime Agulló que, a parte de ostentar el cargo de director general de Comscore, también se ubica en el segmento de mayores de 55. “No vamos a los bancos, reservamos casi todo online, dejamos de acumular vinilos, casetes, CDs y DVDs y estamos aprendiendo a criar niños, adolescentes y adultos a golpe de Wikipedia y WhatsApp”, concluye, ironizando, pero con resignación.

“La longevidad necesita que los agentes económicos y sociales y las estructuras públicas trabajen conjuntamente para generar las condiciones para construir y desarrollar un tejido económico y social que atienda a las necesidades de más de un tercio de la población. Tenemos los mimbres para convertir a España en el referente de la atención a la longevidad, tanto a nivel económico, de emprendedores, empleo y calidad de vida, como en servicios sociales, dependencia o sanidad, una oportunidad que, si sabemos aprovecharla, redundará en el bien de todos”, zanja Francisco Valle, CEO de 65yMás, a modo de epílogo.