Las crisis económicas pueden ser un buen momento para emprender un negocio. Los tiempos de crisis generan necesidades que se pueden aprovechar para crear un producto o servicios que las cubra, pero es importante tener claro el enfoque y la estrategia de marketing a seguir, además de tener unos fines y unas posibilidades adecuadas.

La forma de trabajar está cambiando y las necesidades personales también. Después de año y medio de pandemia, el paro ha aumentado en un 5,22%, pero hay opciones para crear nuevos puestos de trabajo. Según la Encuesta de Población Activa (EPA) -segundo trimestre de 2021- en los doce primeros meses el paro aumentó en 175.900 personas (5,22%) y, respecto al segundo trimestre de 2019, la variación ha sido de 313.200 parados más. Pese a estos datos, el número total de trabajadores por cuenta propia sube en 71.800 este trimestre y en 78.000 en los últimos doce meses.

La tendencia actual podría apuntar a que, como la situación económica dificulta la contratación de nuevos trabajadores, se evoluciona hacia el empleo propio. A esto hay que sumar el trabajo en el propio domicilio que se ha potenciado en estos meses de pandemia. Esto ha traído la querencia hacia una nueva metodología de trabajo que permita conciliarlo con los momentos de ocio y con el tiempo personal y familiar.

Cómo emprender un negocio

Hay diferentes formas de emprendimiento que dependen de las posibilidades que tengamos. La cantidad que se necesita invertir dependerá del tipo de negocio a establecer. Una posibilidad que cada vez cobra más protagonismo es la oportunidad de negocio de la venta por relaciones que ofrecen empresas ya establecidas, requiriéndose muy poco para empezar a trabajar. “Cualquier persona que quiera emprender con Yanbal puede hacerlo desde solo 25€ y directamente tendrá su tienda online, un kit de bienvenida con productos para hacer las primeras demostraciones online u offline y, así, enamorar desde el primer momento a todos sus potenciales clientes para llevar a cabo las ventas que se proponga”, señala Gustavo Marcellini, General Manager para Europa de la marca de belleza sostenible Yanbal.

Este tipo de modelos de negocio pueden suponer una solución a la falta de empleo o las bajadas de sueldo y conseguir un dinero extra a final de mes. También es importante fijarse en el margen de beneficio desde el principio, para saber si tu negocio es rentable.

El dilema de hacerse autónomo

El hacerse autónomo requiere de un capital y un constante pago de cuotas, que en muchas ocasiones no sale rentable o no podemos permitirlo. Pero es importante conocer que hay excepciones por las que se pueden emitir facturas siendo un particular (sin estar dado de alta como autónomo) de forma totalmente legal. La normativa de la Seguridad Social establece que “se entenderá como trabajador por cuenta propia o autónomo aquel que realiza de forma habitual, personal y directa una actividad económica a título lucrativo, sin sujeción por ella a contrato de trabajo, y aunque utilice el servicio remunerado de otras personas”.

La normativa no aclara qué se entiende por “habitual”, por eso hay que acudir a la jurisprudencia, tal como señala Fátima Galisteo, del despacho de abogados Galisteo Abogados. Si hablamos de una actividad esporádica que no genera ingresos regulares por encima del salario mínimo interprofesional, según el criterio jurisprudencial expuesto, no sería necesario que te des de alta como autónomo. Sin embargo, Galisteo avisa de que hay muchos matices, por lo que no hay que confiarse, poniendo de ejemplo que tener un establecimiento de venta al público, pese a no alcanzar unos ingresos de 13.300 euros al año, hay que estar dado de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos.

Para poder emitir facturas, aunque no se esté dado de alta en el régimen de autónomos de la Seguridad Social, sí es obligatorio llevar a cabo el papeleo pertinente, como registrarse en Hacienda dándose de alta en el Censo de Empresarios, Profesionales y Retenedores, y darse de alta en el Impuesto de Actividades Económicas. Este tipo de trámites son gratuitos y se pueden realizar a través de internet con la clave PIN de la Agencia Tributaria, el DNI o certificado electrónico. No hay que olvidar tampoco que hay que cumplir con todas las obligaciones tributarias, contemplando el IVA y el IRPF en las facturas.