En España cada vez hay más trabajadores italianos, siendo un 71% más que hace diez años, y los terceros en cuanto al volumen de empleo extranjero, por detrás de Rumanía y Marruecos, y por delante de China.
Según datos del Ministerio de Trabajo, han venido a nuestro país más de 46.000 italianos a trabajar desde 2008, con 110.691 afiliados a la Seguridad Social a finales del año pasado.
Por esto, Italia ha subido desde la octava a la tercera posición en cuanto al volumen de trabajadores que aporta al mercado laboral español, y que sobre todo se concentran en comunidades como Cataluña, Madrid, Canarias o la Comunidad Valenciana.
Sin embargo, abogados especializados en extranjería han explicado a la agencia Efe, que este aumento también es consecuencia también de argentinos y uruguayos que tienen la doble nacionalidad por ser descendientes de italianos emigrados.
Rumanía, en primera posición
Hay más de 100.000 trabajadores afiliados rumanos desde que comenzó la crisis, siendo 333.406 los ocupados. Esta cifra hizo que el país adelantara a Marruecos en la lista, que lleva diez años en segunda posición, siendo un total de 253.018, y de los cuales apenas 15.000 se han sumado estos últimos años.
El año pasado, Italia superó a China, país que también subió desde la sexta posición en 2008, hasta 2013 que llegó a lograr la tercera. A finales del año pasado, había 105.326 trabajadores chinos en España, más de la mitad autónomos, desde que se incrementaron en más de 35.000 desde que empezó la crisis.
En cuanto a la población rumana en nuestro país, es muy parecida a la española respecto a la composición, según explica Ana María Corral, responsable del Departamento de Migraciones de UGT.
“Italia está a medias, pero se acerca más a una migración de contenido laboral que a una de libre circulación, como es el caso de Alemania o Reino Unido”, dice la responsable.
Por otro lado, solo uno de cada cuatro residentes que son de nacionalidad alemana o inglesa trabajan en España. Además, los nacidos en ambos países prefieren regiones costeras como lugar de retiro, según los datos del padrón que proporciona el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En mayo de 2008 los afiliados extranjeros en la Seguridad Social marcaron máximos, llegando a más de 2,14 millones de trabajadores. Aunque durante la crisis este numeró bajó y en enero de 2014 estuvo en 1,5 millones.
Corral explica que, desde 2007 que comienza la crisis para los extranjeros, ha habido “algunos años de saldo migratorio negativo”. En verdad, durante los últimos diez años, extranjeros de Ecuador o Colombia, que en 2008 ocupaban el tercer y cuarto puesto por volumen de empleados, han disminuido hasta ocupar la quinta (71.095) y la séptima (62.501) posición respectivamente.
Estos países que iba dejando la población trabajadora de terceros países “están siendo ahora ocupados por españoles o nacionales de otros estados miembros de la UE que vienen a trabajar”, asegura.
Conseguir la nacionalidad española por residencia
No obstante, la responsable de UGT alerta de que estas estadísticas no reflejan el número real de trabajadores extranjeros, ya que hay muchos, sobre todo latinoamericanos, que han dejado de computar en ella después de conseguir la nacionalidad española por residencia.
Tal y como revelan las estadísticas de concesiones de nacionalidad, de la Secretaría de Estado de Migraciones, desde 2009 se han concedido 1,16 millones de nacionalidades españolas por residencia a extranjeros: 22.779 a ecuatorianos, 200.580 a marroquíes y 170.379 a colombianos.
Según esto, Corral explica que la bajada de afiliación extranjera no es solo culpa de inmigrantes expulsados por la crisis, también por aquellos que dejan de figurar como extranjeros. Durante algunos años, la población en España disminuía, pero la nacionalidad española aumentaba “y no por los nacimientos”.
Conforme los datos del padrón, durante los años en los que España reducía su población, entre 2013 y 2016 se perdieron alrededor de 700.000, aumentaba la población española en más de 400.000, pese a que el número de nacidos en nuestro país caía en unos 100.000.
Ana María Corral aclara que otro factor que afecta a la salida de trabajadores de extranjeros de España es que la vuelta al país de origen se ve como un fracaso. De manera que, durante la crisis, decidieron agotar las prestaciones y subsidios por desempleo después de ser despedidos, y después buscar otros empleos.
En cuanto a los chinos, el caso es más curioso porque “han mantenido un volumen de regularidad altísimo”, pasando de los 70.555 trabajadores en 2008 a los 104.722 de 2018, y prácticamente todos mantienen la nacionalidad china: apenas se han concedido 4.800 concesiones por residencia los últimos diez años.