El jueves 6 de junio tendrá lugar la próxima reunión del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), momento en el que se asumirá una nueva decisión sobre la política económica de la zona euro, con los tipos de interés en el centro. Esta es la fecha que el vicepresidente del organismo, Luis de Guindos, ha señalado en el calendario. "Para junio, creo que tenemos ideas muy claras de lo que deberíamos hacer en nuestra próxima reunión", ha confirmado el que fuera ministro de Economía durante los Gobiernos de Mariano Rajoy.

Guindos ha matizado que la decisión está sujeta a la evolución económica, dependiente del contexto geopolítico y de la marcha económica del viejo continente. No obstantes, el vicepresidente del BCE ha tranquilazo asegurando que "si las cosas continúan como han estado evolucionando últimamente, en junio estaremos listos para reducir las restricciones de nuestra postura de política monetaria". La reducción inflacionaria de la eurozona se mantiene y, por el momento, no está sufriendo una nueva alteración propiciada por el aumento de la tensión internacional.

El dato marcado en marzo por el conjunto de veinte países que comparten el euro como divisa común se sitúa en el 2,4%, muy cerca del objetivo del 2% exigido por el supervisor única para comenzar a aliviar las restricciones crediticias. Los datos publicados por Eurostat -oficina estadística europea- permiten un cierto grado de optimismo entre las economías europeas, que comienzan a ver la luz al final del túnel después de dos años con niveles de precios disparados.

Además, las proyecciones del BCE son positivas en lo referido a la inflación y Eurostat ha confirmado que el Producto Interior Bruto (PIB) del conjunto de países que comparten el euro como divisa común esquivó la recesión tras registrar un estancamiento en el cuarto trimestre respecto de los tres meses anteriores, cuando se contrajo un 0,1%, gracias a la aportación de Portugal y España.

Sin embargo, para el organismo existen ciertos riesgos ajenos a la deriva internacional. Guindos ha hecho alusión la evolución de los salarios, la productividad, los costes laborales unitarios, los márgenes de beneficio empresarial, siendo estos últimos, por ejemplo, los responsables de más de la mitad de la inflación española, según la Comisión Europea. Atendiendo a estas variables, el exministro ha señalado que el BCE continuará con un enfoque basado en los datos, determinando el nivel apropiado y la duración de la restricción en cada reunión, sin comprometerse de antemano con una trayectoria particular de los tipos.

Lagarde, en la misma línea

La máxima mandataria del BCE, Christine Lagarde, también ha apuntado en la misma dirección que su vicepresidente, aunque de forma más tímida. En la comparecencia tras la última reunión, en la que se decidió mantener los tipos en sus máximos históricos (4,5%), señalaba que si la dinámica de la inflación subyacente y la fortaleza de la transmisión de la política monetaria aumentaran aún más la confianza del Consejo, "sería apropiado reducir el nivel actual de restricción de la política monetaria".

A estas declaraciones ha sumado este miércoles una serie de halagos a la marcha económica. La eurozona muestra "claros signos de recuperación" y finalmente ha conseguido evitar la recesión. Lagarde ha explicado que sus previsiones contemplan una aceleración del crecimiento al entorno del 1,5% para 2025 y 2026 frente al 0,5% de este año. No obstante, ha contextualizado esta dinámica dentro de unas perspectivas macroeconómicas recientes que han sido "mediocres" para Europa frente a las de Estados Unidos, al revés que sucediera en 2022.

Hipotecas asfixiadas

Por el momento, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito se mantendrán sin variación en el 4,50 %, 4,75 % y 4 %, respectivamente. Esto influye directamente el Euríbor, principal índice al que se referencian la mayoría de las hipotecas variables, continúa por encima del 3,6% y no apunta a bajadas próximas. Mientras, los hogares esperan ansiosos la bajada de tipos, que afectaría directamente al Euríbor y este, a su vez, a la mayoría de hipotecas.

Con todo, el tipo de interés medio ha alcanzado su máximo en una década y alcanza el 3,46%, dato de enero (último disponible) por encima del 3,32% con el que cerró 2023, golpeando a las familias tanto en la modalidad fija de nueva constitución como en la variable que afronta una revisión. El valor se sitúa más alto para aquellos préstamos suscritos a tipo fijo (3,64%), cuatro décimas por encima del interés variable (3,24%).