El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha presentado hoy los resultados del banco, en la sede de la entidad del Paseo de la Castellana. El directivo vasco ha presentado con satisfacción unos beneficios de 703 millones de euros, frente a los 505 del año pasado; un 39,2% más. "Un beneficio de velocidad de crucero" en palabras del presidente de Bankia que, ademas, permite repartir mayores dividendos entre los accionistas de la entidad.

Aunque el año 2018 no ha ido tal y como esperaban en el plan estratégico del banco: Los tipos de interés no subieron, la demanda de crédito ha sido inferior a lo previsto y los fondos no han rendido en los parqués. Sin embargo, la entidad ha visto un incremento en su margen de clientes, una disminución de los activos improductivos y una mayor generación de capital. Lo que no han impulsado los mercados financieros, lo han impulsado los clientes de la entidad. Y, sobre todo, se ha acabado la integración con Banca Mare Nostrum (BMN), decretada en su día por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bankaria (FROB) como mejor manera de ordenar el panorama de lo que fueron las cajas de ahorro tras la crisis. 

Goirigolzarri no ha ocultado su orgullo y su alivio por haber culminado la fusión: "Estamos muy contentos con la integración con BMN que hemos realizado este año", declaró "que además hemos hecho en un tiempo récord y con gran capacidad de reacción". Una vez dejada atrás la fusión Bankia puede dedicarse "a cuidar de nuestros clientes". 

Un túnel muy largo

La entidad quiere seguir incrementando su eficiencia y volcarse en el modelo digital. Este año han aumentado en más medio millón a sus clientes digitales y esperan que estas cifras y sus eficiencia sigan creciendo: "Los avances en el modelo de distribución muestra que estamos en la buena dirección", opinó Goirigolzarri, que quiso destacar cómo el banco ha superado herencias del pasado y de la crisis. "Hemos desaguado deuda", resumió. "Vemos la luz al final del túnel, lo que pasa es que hemos atravesado mucho túnel", bromeó. 

"De cara al futuro, el año 2019 va a ser complejo para el sistema bancario, pero estoy ilusionado y optimista al mirar a Bankia porque hemos dejado atrás la fusión y ahora nos podemos dedicar a nuestros clientes" avanzó el directivo. "Hemos demostrado capacidad de reacción en cuando al pulso comercial. La reorganización que realizamos la semana pasada va a ser un extraordinario revulsivo para esta casa". 

Aún así, se prevén desafíos como el de una no subida de los tipos de interés -cuando hay muchos productos de Bankia que dependen de éstos- y eventuales inestabilidades provocadas por el Bréxit o las guerras comerciales. Aunque Bankia no prevé que el cambio de tipos no vaya a afectar a sus futuros balances.