El Banco de España ha elevado hasta el 1,9% la previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB). En concreto el aumento ha sido de tres décimas, desde el 1,6%. Además, en el 1,9% y 1,7%, respectivamente, ha mantenido sus estimaciones para 2025 y 2026.

El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, ha explicado en la presentación del informe trimestral que en los próximos años el consumo privado y la inversión serán los principales motores de la actividad económica española.

Pero, en el corto plazo, los principales factores que se encuentran tras la revisión del Banco de España son la mejora de los datos de Contabilidad Nacional relativos a los últimos trimestres.

Además, estarían detrás de esta revisión los menores precios de la energía que se han observado en los últimos meses, unas perspectivas más favorables en cuanto a su evolución futura y la extensión parcial de algunas de las medidas desplegadas por el Gobierno para combatir los efectos del episodio inflacionista.

No obstante, el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos ha alertado de que la composición del crecimiento observado a finales de 2023 deja entrever algunos elementos de debilidad (formación bruta de capital fijo y consumo privado), al tiempo que los indicadores coyunturales más recientes sugieren que el ritmo de avance del PIB se habría ralentizado ligeramente en el primer trimestre del presente año, hasta el 0,4%.

Estima un déficit medio punto por encima de la previsión del Gobierno

En sus nuevas proyecciones, el Banco de España empeora sus estimaciones sobre el déficit para 2024 y lo sitúa en el 3,5%, una décima más respecto a la anterior proyección y medio punto por encima frente a las proyecciones del Gobierno (3%).

Para 2025 y 2026, el organismo recorta una décima la proyección de déficit para ambos años, al 3,5%, lo que dejaría a España en situaciones de incumplimiento frente a las reglas fiscales marcadas por Bruselas.

Mejores noticias para la inflación

Por el lado de los precios, las previsiones del Banco de España son más favorables. En concreto, revisa a la baja en seis décimas la inflación general promedio que se proyecta para 2024, hasta el 2,7%. Además ha rebajado en una décima la previsión de inflación en el 2025, al 1,9%, y en dos décimas para 2026, hasta el 1,7%.

También el organismo prevé que la inflación subyacente se desacelerará gradualmente durante el próximo trienio, desde una tasa promedio del 2,2% en 2024, del 1,9% en 2025 y del 1,8% en 2026.

En cuanto a los precios de los alimentos, Banco de España estima que prolongarán su moderación a lo largo del horizonte de proyección, dada la disminución de los costes de varios de sus insumos productivos más importantes, como la energía y los fertilizantes.

Por otro lado, considera que la extensión de la rebaja del IVA de los alimentos hasta junio de 2024 contribuirá a contener los precios de los alimentos en la primera mitad del año, aunque los presionará levemente al alza en el segundo semestre.

El empleo, revisado al alza

Respecto al mercado laboral, el Banco de España prevé que el dinamismo del empleo se modere a lo largo del horizonte de proyección, de manera que se produzca cierta recuperación de la productividad.

El organismo ha revisado al alza sus estimaciones para el crecimiento del empleo para este año 2024 desde el 1,3% al 1,8%, si bien se mantiene sin cambios la senda de ralentización proyectada para 2025 y 2026, cuando avanzará un 1,1% y un 0,9% respectivamente.

De este modo, y a pesar de la revisión al alza del PIB, la productividad aparente del trabajo seguirá mostrando una considerable debilidad durante 2024, aunque se prevé que registre una cierta recuperación a lo largo del resto del horizonte de proyección.

Por su parte, la tasa de paro continuará deduciéndose en los próximos años, aunque a un ritmo más lento que en los anteriores ejercicios. En concreto, el organismo estima una tasa del 11,6% en 2024, una décima por debajo de la previsión anterior, del 11,5% en 2025 y del 11,3% en 2026.

Riesgos: vuelven las reglas fiscales europeas

Además de la incertidumbre procedente de las tensiones geopolíticas y de cuantificación del impacto macroeconómico del endurecimiento acumulado de la política monetaria, cabe resaltar, en el ámbito nacional, los riesgos que para el escenario central de las actuales proyecciones supone la reactivación de las reglas fiscales a escala europea.

En particular, el cumplimiento de dichas reglas requerirá el diseño y la implementación de un plan de consolidación fiscal a medio plazo que permita una corrección del déficit público estructural más acusada que la contemplada en estas proyecciones.

Si bien el impacto económico de dicho plan de ajuste es aún incierto, y dependerá críticamente de cómo se diseñe, su implementación acarrearía, previsiblemente, un menor grado de dinamismo de la actividad a lo largo del horizonte de previsiones.

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