“La crisis del coronavirus va a acelerar la tendencia hacia una economía digital. Y en ese nuevo escenario, América Latina no es inmune a los retos de la capacitación de la fuerza laboral”, señala Ana Botín en su perfil social de Linkedin. Botín hace referencia a un reciente estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), promovido por Banco Santander, en el que se subraya la necesidad que existe en la región de una formación continua de la población activa -actualmente por debajo de la media, según los datos que maneja este organismo- para que pueda hacer frente a los desafíos de la nueva economía. Para lograr crecimiento económico en este entorno cambiante, Latinoamérica y el Caribe (ALC) deben abordar algunas cuestiones específicas, en especial las capacidades de su capital humano.

Ana Botín ve menos oportunidades en Latinoamérica para acceder a una educación de calidad en tecnología y digitalización: “Y si eres mujer, la situación es incluso peor”

 

La presidenta de Banco Santander destaca que este continente tiene como positivo “una población más joven que Europa”. “El coste de adopción de la tecnología todavía protege a muchos trabajadores de los efectos de la automatización, aunque es cuestión de tiempo que esto cambie. Sin embargo, la previsión es que el total de población joven se reduzca a partir de 2020. Y se estima que el porcentaje de empleos que podrán ser sustituidos por máquinas será superior en Latinoamérica que en el resto de la OCDE. Por tanto, la necesidad de formación continua en adultos es tan urgente como en otras partes del mundo. Y, sin embargo, las oportunidades de acceso a esta formación allí son menores. Y si eres mujer la situación es incluso peor”.

El informe asegura que los países latinoamericanos invierten menos en políticas activas para el mercado laboral y las empresas son las que compensan parte de esta diferencia. Sin embargo, las pequeñas y medianas empresas y la economía sumergida, que desempeñan un papel crucial en estas economías, tienen menos probabilidades de ofrecer formación. “El progreso tecnológico está transformando profundamente el mundo del trabajo y, a su vez, las habilidades exigidas por los empleadores. Esto plantea desafíos, pero también crea oportunidades para los países de ALC en el futuro cercano”, señala este estudio. Y se espera que este cambio de modelo se acelere en los próximos años, lo que afectará a millones de empleos y trabajadores.

Pese a que la mano de obra aún sigue siendo una opción mucho más barata que la automatización, que exige inversiones costosas en alta tecnología que hoy por hoy no están al alcance de las pymes, solo es cuestión de tiempo. Pero son necesarias políticas que anticipen este cambio potencial. La ventana de oportunidad que ofrece actualmente el hecho de una población joven -lo que la OCDE denomina “dividendo demográfico”- empezará a cerrarse a partir de este año.

La formación, clave para el desarrollo de una economía moderna

La formación es la herramienta fundamental para avanzar hacia una economía moderna y, según esta organización, los cursos académicos en línea abiertos (los conocidos como MOOC) pueden ser una gran oportunidad de aprendizaje a medida que crece el acceso a la red en el continente.

“La evidencia muestra que las personas que tienen más probabilidades de participar en la educación abierta en América Latina, como en todos los países de la OCDE en general, son principalmente trabajadores jóvenes, educados y calificados. Esta situación potencialmente excluye a los más vulnerables y poco calificados que más necesitan recibir capacitación. Se necesita un mayor esfuerzo para fortalecer las habilidades de TIC de los grupos desfavorecidos y crear opciones adecuadas para que utilicen tecnologías digitales para el aprendizaje”, sostiene el organismo multilateral.

El aprendizaje de adultos es donde los países de la región están especialmente rezagados: más de 10 puntos porcentuales por debajo del promedio de la OCDE. Aproximadamente el 57% de los adultos no participaron, y no quisieron participar, en actividades de formación, un dato que varía considerablemente según los antecedentes socioeconómicos y / o la situación laboral del individuo. También es preocupante que la participación de las mujeres en las actividades de formación sea menor que la de los hombres en todos los países de la región.

Tuit de Banco Santander sobre el impulso de la educación en Latinoamérica

Además, si bien existe en todos los países una clara brecha en la provisión de capacitación entre pequeñas y grandes empresas, en el caso de América Latina y el Caribe esta fractura es casi el doble que la OCDE. Los datos de la Encuesta de habilidades para adultos (PIAAC) muestran que solo el 40% de los trabajadores de las PYME participaron en la capacitación, en comparación con el 69% de los trabajadores de las empresas más grandes.

El estudio analiza algunas de las políticas gubernamentales que deberían impulsarse, entre ellas crear conciencia en las empresas sobre los beneficios de la capacitación y ayudarlos a identificar sus propias necesidades y las posibles oportunidades de financiación (incentivos fiscales, subvenciones, etc) que podrían aprovecharse para mejorar y aumentar la formación de sus trabajadores. También destaca la importancia de políticas dirigidas a ayudar a comprender y planificar el futuro, e incentivos financieros bien diseñados que permitan un equilibrio adecuado entre el apoyo a empresas e individuos, por un lado, y la prevención de posibles pérdidas.

Banco Santander es el mayor patrocinador de educación en todo el mundo y el banco líder en Latinoamérica, de ahí su especial implicación en este informe sobre cómo potenciar la formación para adultos en la región. El grupo financiero destinó el pasado año 119 millones de euros a impulsar la educación superior y ha creado una red de acuerdos formada por 1.333 universidades e instituciones de todo el mundo. Botín es una de las principales abanderadas de este compromiso que se inició hace ya más de veinte años y al que hace referencia en numerosas ocasiones. “Tenemos que demostrar que hacemos todo lo que está a nuestro alcance, en el día a día de nuestro trabajo, para contribuir a dar respuesta a los grandes retos globales y apoyar a la sociedad. Esto no son sólo palabras. Son acciones concretas que tomamos. Durante muchos años hemos apoyado la educación superior, convirtiéndonos en la empresa que más contribuye a su sostenimiento en el mundo. Nuestro apoyo se concreta en torno a las 3 ‘Es’: Educación, Emprendimiento y Empleabilidad”, explica en la carta que introduce el último informe anual del banco.