El 29 de marzo de 2017 se supo que el fundador y dueño de Inditex, Amancio Ortega, había donado 320 millones a los hospitales públicos de todo el país. Además de donaciones puntuales que llevaba tiempo haciendo para hospitales de Galicia. Poco después, donó otros 46,5 millones a hospitales de Madrid, para que se dotaran de equpos contra el cáncer. Sin embargo, todo ello despertó no pocas críticas, a diferencia de lo ocurrido ahora con las donaciones millonarias de empresarios franceses para la reconstrucción de la parisina Catedral de Notre Dame, o Nuestra Señora de París. Los españoles, por su parte reprochaban la "hipocresía" de que la sanidad pública se financiara mediante donaciones y no mediante los presupuestos de las administraciones de las que dependen, las Comunidades Autónomas. Y es que una cosa es el patrimonio cultural, que bien admite donaciones y otra los derechos de la ciudadanía, entre lo que se cuenta el de la sanidad pública y universal. 

Los datos de los sucesivos estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) muestran que los españoles no sólo están orgullosos de nuestro sistema sanitario (lo valoran con un 6,68 sobre 10), sino que también prefieren acudir a la sanidad pública antes que a la privada, el 67,8%. Además, el 67,6% de los ciudadanos cree que el Sistema Nacional de Salud funciona bien o bastante bien, un porcentaje mucho mayor que en países de nuestro entorno como Francia o Alemania, donde esas cifras rondan el 40%. El  87,4% de los usuarios de la sanidad pública que fueron a su médico de familia considera que la atención recibida fue buena o muy buena. Cuando se trata de ser atendidos por médicos de especialidades, el 83,5% valora positivamente su paso por la consulta.