A principios del Siglo XIX los artesanos ingleses que sufrían los efectos de la Revolución Industrial se inventaron un personaje, el capitán Nedd Lud, que firmaba las cartas que los obreros enviaban a los patronos para obligarles -bajo amenazas nada veladas-, a retirar la maquinaria que tantos puestos de trabajo estaban quitando. Así nació el ludismo, el movimiento en el que se quemaban los telares y se reventaban las máquinas para defender los derechos de los trabajadores menos cualificados y que además, cobraban los salarios más bajos.

Dos siglos después de aquello, la destrucción de empleo por el avance de la tecnología vuelve a estar de plena actualidad. Los robots protagonizan ahora los miedos que antes provocaron los telares o las maquinas de hilar industriales. Automóviles capaces de circular sin conductor (y por ende, sin taxistas o camioneros), cajeros que serán eliminados por la inteligencia artificial, máquinas que serán capaces desde ordeñar hasta recoger la cosecha (reemplazando las principales tareas de los trabajadores agrícolas) … y así un sinfín de profesiones que de nuevo se ven amenazadas ante el imparable avance de la ciencia.

Los robots a día de hoy en España
En la actualidad, según datos oficiales de la Asociación Española de Robótica y Automatización Tecnologías de la Producción (AERATP), en España el número de unidades totales de robots asciende a 33.338 unidades. Cifra que representa un incremento anual del 16% (3.700 unidades más) y que se sitúa por encima de las previsiones que la propia ‘Internaticonal Federaction of Robotics’ (IFR) estimaba en relación a Europa.   

Un dato que también pone de manifiesto la desigual distribución de los robots en los diferentes sectores industriales. En el año 2015 (el último ejercicio del que se disponen de datos oficiales), casi la mitad de los robots en España (en concreto, el 48,5%), se circunscribían a la industria del automóvil. Muy de lejos le siguen en número de unidades aquellos que se destinan a la industria de alimentos y bebidas (16,3%), y a la que trabaja el caucho y los plásticos (7,7%).

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Grafico de la distribución de robots por sectores. Año 2015. Fuente: Asociación Española de Robótica y Automatización Tecnologías de la Producción (AERATP).

Respecto a la distribución de robots por aplicaciones, en el año 2015 la mayoría se distribuía, casi a partes iguales, entre aquellos que estaban destinados a la manipulación, carga y descarga de máquinas (38,7%), así como a la soldadura (40,3%).

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Gráfico de la distribución de robots por aplicaciones. Año 2015. Fuente: Asociación Española de Robótica y Automatización Tecnologías de la Producción (AERATP).

¿Cuántos empleos se perderán?

Sin duda, la robotización es ya una realidad en España. Tanto es así que los expertos ya no discuten si se producirá a o no la llamada ‘cuarta revolución industrial’, sino cuántos empleos serán reemplazadas por máquinas a corto y medio plazo. A este respecto, la Organización para la Cooperación y al Desarrollo Económico (OCDE), a través del informe ‘The Risk of Automation for Jobs in OECD Countries’, se aventuró en cuantificar en un 12% los empleos que se perderán en nuestro país por la automatización. Para el organismo internacional, solo Alemania y Austria sufrirán más que España en cuanto a la pérdida de puestos de trabajo a causa de la nueva remodelación industrial.

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Gráfico del porcentaje de trabajadores por países cuyo empleo está en riesgo de ser mecanizado. Año 2015. Fuente: Organización para la Cooperación y al Desarrollo Económico (OCDE). 

 ¿Qué profesiones se verán más afectadas?

Una dolorosa reconversión industrial de la mano de los robots que según la OCDE afectará en especial a los empleos más repetitivos y sobretodo a la población que cuenta con menor formación académica. En concreto, el organismo internacional considera que los profesionales con un doctorado, máster o grado universitario, tendrán una probabilidad casi equivalente a cero de ser reemplazados por un robot. Sin embargo, el riesgo de padecer la competencia de los autómatas oscila entre un 40% y 50% si solo se cuenta con niveles educativos de escuela primaria o secundaria.

En total la inteligencia artificial acabará con cinco millones de empleos para 2020 en los 15 países más industrializados del mundo. Al menos eso es lo que sostuvo el Foro Económico Mundial de Davos en su última edición. ¿Pero se puede saber cuales son las profesiones que corren más riesgo de ser automatizadas? Ciertamente, hasta la fecha son pocos los estudios académicos que profundizan en esta cuestión.

De todos ellos, el más destacado es el realizado en 2013 para la Universidad de Oxford por Carl B. Frey y Michael A. Osborne. En su análisis, titulado ‘The Future of Employment: How Susceptible Are Jobs to Computerisation’, los investigadores calculan la probabilidad de automatización asociada a cada una de las profesiones. Lo hacen partiendo de tres grupos de tareas que claramente la tecnología no será capaz de desempeñar en las próximas dos décadas: percepción y manipulación de entornos desordenados, inteligencia creativa (como por ejemplo, hacer una broma), e inteligencia emocional (persuadir a alguien).

Una lista, compuesta de 702 profesiones para Estados Unidos, que fue convertida al caso español en febrero de 2016 por el Departamento de Macroeconomía, Área de Planificación Estratégica y Estudios de Caixa Bank en un trabajo liderado por el profesor Adrià Morron Salmeron.

Según sus estimaciones, un 43% de los puestos de trabajo actualmente existentes en España tienen un riesgo elevado (con una probabilidad superior al 66%) de poder ser automatizados a medio plazo, mientras que el resto de los puestos de trabajo quedan repartidos a partes iguales entre el grupo de riesgo medio (entre el 33% y el 66%) y bajo (inferior al 33%).

 

Porcentaje del empleo según riesgo. Fuente: CaixaBank Research a partir de datos de Frey y Osborne (2013), Banco de Inglaterra y del INE. 

"La tecnología ya es capaz de automatizar profesiones cualificadas (véase el riesgo que corren contables, analistas financieros y economistas), mientras que aquellas en las que la interacción humana y la creatividad tienen más importancia (médicos de familia, músicos) son las que están más protegidas”, expone Adrià Morron.

 

Profesiones y riesgo de automatización. Fuente: CaixaBank Research a partir de datos de Frey y Osborne (2013) y del INE.

Respecto a la empleo y la probabilidad de automatización, en el estudio elaborado por la CaixaBank Research se agrupan las profesiones en nueve grandes grupos. Científicos (creatividad) y gerentes (interacción social) tienen poco riesgo, mientras que los administrativos se concentran en el grupo de alto riesgo.

 

 

Empleo y probabilidad de automatización. Fuente: CaixaBank Research a partir de datos de Frey y Osborne (2013) y del INE.