La sequía sigue dejando huella en los embalses españoles. En la última semana se han perdido un total de 528 hectómetros cúbicos de agua, que representa el 0,9% de su capacidad total, en los últimos datos que recoge el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico. En estos momentos, hay un total de 20.174 hectómetros cúbicos de agua almacenada en los pantanos, lo que supone una reserva al 35,9% de su capacidad total.

En este momento, los embalses albergan 9.251 metros cúbicos menos que la media de los últimos diez años en esta misma semana y 3.651 hectómetros cúbicos menos que en las mismas fechas de 2021, lo que representa un 18% menos.

La situación en los embalses españoles

La reserva se encuentra al 72,6% en Cantábrico oriental; al 60,4% en Cantábrico occidental; al 49,3% en Miño-Sil; al 58,8%, en Galicia Costa; al 81%, en las cuencas internas del País Vasco y Duero 39,2%. Además, Tinto, Odiel y Piedras está al 67,7%; Júcar, 57,3% y el Ebro, al 45,7% y Cuenca Mediterránea Andaluza al 42,8%.

Las cuencas que se encuentran en peor situación son las de Guadalquivir (22%), Guadiana (24,5%), Guadalete-Barbate (24,9%), Segura (37,3%), Tajo (37,7%), Duero (37,8%), Cuencas internas de Cataluña (39%), Ebro (43,3%) y la Cuenca Mediterránea Andaluza (42,3%).

La cuenca de Miño-Sil se encuentra al (48,6%), Galicia Costa (57,2%), Júcar (57,3%), Cantábrico Occidental (59,8%), Tinto, Odiel y Piedras (66,4%), Cantábrico Oriental (71,2%) y las cuencas internas del País Vasco al 81%.

Los ‘tesoros’ que salen a la superficie con la sequía

A principios del mes de agosto, cuando Galicia afrontaba la quinta gran sequía del siglo, el bajo caudal en el río Miño dejó a la vista las ruinas del antiguo pueblo de Portomarín (Lugo). Un pueblo que fue anegado por el embalse de Belasar en los años 60 y que se pudo volver a visitar a pie casi setenta años después.

Lo mismo ha sucedido en el embalse de Valdecañas (Cáceres), donde la sequía ha propiciado la aparecieron de un círculo de piedra prehistórico, conocido como el Dolmen de Guadalperal. Los arqueólogos creen que podría tratarse del yacimiento neolítico más grande de la Península Ibérica y lo han bautizado como el 'Stonehenge español’.

Este fenómeno ha provocado incluso una nueva clase de turismo 'de sequía'. Grupos de turistas que se acercan hasta estas localidades para poder acercarse a estos pequeños fragmentos de historia. Es lo que ha ocurrido en Vilanova de Sau (Barcelona). La excepcional sequía en la que está inmersa Cataluña ha dejado al descubierto el antiguo pueblo de Sant Romà que quedaba sumergido bajo el agua del pantano de Sau y del que solo se veía el campanario de la iglesia cuando las reservas de agua son normales.

Ahora, la falta de agua en el embalse permite ver el templo prácticamente al completo, algo que ha atraído la atención de multitud de turistas y curiosos que han colapsado los accesos al pantano de Sau.