El escritor Mario Vargas Llosa lleva varios días copando el epicentro de la polémica por cuestiones distintas, pero ambas censurables. La pasada semana, durante la Convención Nacional del PP, esgrimió que lo importante no era que hubiera libertad sino “votar bien”, unas declaraciones antidemocráticas que le sirvieron para ganarse un reproche generalizado. Y tras este episodio, su nombre sale de nuevo a escena con los Pandora Papers, generando multitud de comentarios al respecto.

Uno de los más sangrantes lo ha propinado la presentadora de Hoy por hoy, Àngels Barceló, quien en su editorial ha afeado que “a los nombres conocidos ayer sumamos en las últimas horas a la organización Legionarios de Cristo. Parece que la religión no está reñida con las trampas fiscales, y a Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura y preocupado porque no se vota bien. Él parece que sabe votar, y ocultar su dinero a Hacienda".

Un afilado dardo que no se quedó ahí. Barceló ha recordado que la polémica de los Pandora Papers se ha cruzado con la negociación por los Presupuestos Generales del estado de 2022 y el debate sobre subir el impuesto de sociedades al 15%: “Es importante la combinación de la negociación presupuestaria, con el debate sobre el 15 por ciento de tributación mínima para las grandes empresas, y estas noticias que hemos conocido en las últimas horas”.

“Y es importante porque la realidad demuestra la necesidad de que los que más tienen, empresas o individuales paguen los impuestos que corresponden, porque si no, toda la carga fiscal recae siempre en los mismos. Y estos no son precisamente los más ricos, sino los asalariados que de manera directa o indirecta asumen la responsabilidad fiscal. Y esto es profundamente desigual”, ha añadido.

Por último, ha apostillado que “con los impuestos se paga la sanidad, la educación, los servicios públicos... En definitiva, y parece de sentido común, que quienes más tienen hagan un mayor esfuerzo, podríamos llamarlo solidaridad, pero se trata más de justicia fiscal. Y el dato de las multinacionales españolas tributando menos del 10% es sin duda el ejemplo que mejor lo explica”.