El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el periodista conservador José Antonio Zarzalejos



El exdirector de ABC, José Antonio Zarzalejos, se alineó con Mariano Rajoy cuando éste asentó su liderazgo encauzando a los rebeldes que le acusaban de tibieza e inacción, aquella facción del partido encabezada por el PP madrileño de Esperanza Aguirre. El periodista no tuvo empacho en loar el "soft power" -o poder blando- de Rajoy y su manera de dejar cocer los problemas a fuego lento y sin hacer ruido como una manera eficaz de desactivarlos, incluso en el caso de la bomba Gürtel, y de hecho presentó la victoria del 20-N en las elecciones generales como el éxito de su particular estilo. Zarzalejos tenía razones para alinearse con el marianismo, él mismo salió trasquilado de su enfrantamiento con los exaltados: sus reticencias a la hora de dar pábulo a las insidias sobre el 11-M le valieron serios insultos y fue uno de los factores que le costaron la dirección de ABC.

Preocupación hasta en los 'moderados'
Pero el crédito electoral del PP se ha esfumado en tiempo récord y Zarzalejos tampoco es el que era, de hecho el otrora referente de la prensa monárquica ya pide abiertamente la abdicación de Juan Carlos I. Y su desengaño con el marianismo parece similar. En elconfidencial, donde colabora ahora, ha reflexionado este miércoles sobre el creciente "divorcio entre los políticos y los ciudadanos" y la "amenaza cierta de caer en el más puro nihilismo político", y el actual presidente del Gobierno sale muy mal parado.

Defendiendo al Rey con argumentos del "pleistoceno político"
"La clase política española insulta a la inteligencia de los ciudadanos creyendo que de ellos se enseñorea la idiocia -es decir, una especie de oligofrenia- lo que les permite comportamientos arbitristas y discursos mendaces", advierte Zarzalejos, que pone tres ejemplos del "vejatorio tratamiento" de los políticos a los ciudadanos: el primero, los elogios de Rajoy a la "pujanza" de la Monarquía "sustentándola en los méritos que contrajo el Rey hace 38 años (la Transición) y a propósito del frustrado golpe de Estado (hace 32)", logros del "pleistoceno político" para atajar "la crisis actual de la Jefatura del Estado". Cree que se trata directamente de "un camelo, es decir, un fingimiento, un engaño que falta al respeto que los ciudadanos merecen".

Falta de transparencia y "gusto" por el plasma
La reunión 'secreta' de Rajoy con Artur Mas y su falta de transparencia democrática es el segundo ejemplo. Y el tercero, "el gusto que el presidente del Gobierno ha tomado al plasma", lamentando que Rajoy de explicaciones a los problemas "a través de un aparato de plasma" sin preguntas "ni aclaraciones, ni siquiera contacto visual directo".

Democracia y ciudananía vejadas por el "despotismo mediocre"
"Camelo, secreto y plasma como prácticas que consideran a los ciudadanos como idiotas", insiste Zarzalejos, que advierte de que ni siquiera queda el consuelo del control parlamentario: "entre la mayoría absoluta mal empleada por el PP tanto en el Congreso como en el Senado, una oposición de salón y la utilización a manta de Dios de los reales decretos leyes (36 en lo que va de legislatura, batiendo récords), nuestra democracia es de una calidad perfectamente descriptible y, sencillamente, se la están cargando hasta extremos que ellos no sospechan". "Al menos según el juicio de valor de una ciudadanía vejada por este despotismo mediocre", concluye Zarzalejos.

El estilo huidizo de Rajoy, en el actual contexto de irritacion ciudadana, parece que ya no es de recibo ni para tradicionales marianistas como el exdirector de ABC.