Como un trabajador en una cruzada imposible contra sus compañeros para que dejen de fumar, Arturo Pérez Reverte se han convertido en una especie de Quijote en redes sociales contra la conquista de términos en inglés en nuestro lenguaje diario.

A través de su cuenta de Twitter, donde le siguen casi dos millones de personas, ha cargado durante toda esta semana contra los anglicismos que inundan especialmente la publicidad y en esta semana en la que, como pasa en Halloween, se produce una invasión de la cultura anglosajona con el Día de Acción de Gracias (Thanks giving day en inglés) y el Black Friday.

Por esto, Reverte se ha hecho una simple pregunta, aunque con mucho calado: “¿Por qué Black Friday y no viernes negro?” y, fiel a su estilo provocador en redes, ha razonado que “puestos a ser gilipollas, seamos gilipollas en castellano”.

En su defensa del castellano y nuestra cultura, como buen miembro de la Real Academia de la Lengua, el escritor ha criticado también que haya “colegios donde ya se celebra el Día de Acción de Gracias gringo y los niños dibujan pavos”, a lo que ha reiterado que “los españoles estamos siendo gilipollas por encima de nuestras posibilidades”.

Reverte también ha recuperado una campaña de la RAE y la Academia de Publicidad del año pasado y que ya denunciaba cómo “el inglés está invadiendo la publicidad por dentro y por fuera” y dañando a un idioma tan rico como el español sólo “porque nos han hecho creer que suena mejor”.