Federico Jiménez Losantos ha roto definitivamente con el polémico Salvador Sostres. Lo ha hecho a través de su artículo habitual en El Mundo, donde reconoce que no le gustó cómo celebró su compañera Carmen Rigalt el despido del catalán. Sin embargo, ahora, reconoce que "algo de razón tenía".

"No me gustó la forma en que Carmen Rigalt acompañó el despido de Salvador Sostres de EL MUNDO -«a mamarla a Parla»- aunque eso facilitó su entrada bajo palio en el área de opinión de la Cope y ABC. Pero algo de razón tenía Carmen y ayer se la dio Sostres al ensañarse con el camarero de un barco de Baleària que no atendió en catalán al telonero de Manolo García en El último de la fila, Quimi Portet".

La columna que tanto ha ofendido a Losantos fue publicada este martes en el diario ABC, bajo el título "Quimi Portet y un mamarracho". El mamarracho es un camarero de Baleária que no quiso servir un "cafe amb llet" porque no entendía el catalán.

Estos son los argumentos de Sostres, que entiende que el apoyo a la "inolerable chulería del camarero" es un síntoma del "nacionalismo de la peor España":

Tal recochineo es impropio del servicio y Baleària ha hecho muy bien llamando la atención a su empleado: no tanto por no saber catalán, sino por ser un maleducado. En cualquier restaurante serio habría sido despedido al instante.

Es provinciano que la intolerable chulería del camarero haya recibido tanto apoyo en las redes sociales. Y es nacionalismo de la peor España no entender que éste no es un problema entre el catalán y el castellano, sino entre un cliente correcto y un camarero que se comportó como un mamarracho, y que no sólo olvidó que su tarea es servir sino que además quiso ofender.

Al final, Sostres remata la faena con una de sus andanadas clasistas habituales: 

"Pero es que además, por encima de Cataluña, España, Italia, Francia o Grecia, la gran patria es la derecha, hay un orden y este orden es jerárquico, y sólo faltaría que nos pareciera bien que el servicio se nos subiera a las barbas".

Losantos, sin embargo, pone el acento en Pilar Boix, "militante pancatalanista y community manager de Baleária" a la que acusa de olvidar los derechos del camarero al pedir disculpas a través de Twitter y anunciar que "tomaría medidas". 

Losantos, a quien no le han ofendido las barbaridades de Sostres contra las mujeres -entre otras cosas, ha llegado a justificar la violencia de género-, o los más desfavorecidos, ni sus comentarios pedófilos, sí le molestan sus andanadas en defensa del catalán.

Ahora le reprocha que dijera en el Avui "que hablar en español es de pobres y que sólo lo hablaba con la criada" y concluye:

"El humor de verdad se hace contra el poder, no a favor de los tiranos que multan por rotular en español e impiden escolarizar a los niños en 'la lengua de los pobres'. Que era la de Boscán, la mía y la del Niño Semon. Sí: a Parla".