La vida tiene estas cosas. Hoy,11 de marzo, cuando se cumple una década del mayor atentado terrorista de la historia de este país, me veo en un tren que hace el mismo recorrido que los convoyes de aquel maldito día. En realidad es una coincidencia con la que conviven habitualmente miles de madrileños, pero que nunca me había ocurrido este día, el mismo día de marzo.


Ayer, mi hija de 4 años veía con sorpresa y en silencio la repetición de unas imágenes que cada año nos golpean de lleno en la conciencia, aunque carece de importancia ante lo que deben sentir las madres, padres, hijos o hermanos de quienes perdieron la vida hace 10 años en el interior de un tren.

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