El diario El Mundo ha realizado una entrevista a Federico Jiménez Losantos. Un auténtico icono para sus seguidores y sus detractores que, siempre alerta por su impetuoso y arrollador estilo -cargado de motes, insultos y opiniones aguerridas- consumen sus programas y columnas a diario. 

Preguntas de todo tipo para mostrar al prolífico locutor, pero también a la persona. Redes sociales, nuevos tiempos, buenismo en las formas, actualidad política, vida familiar... un amplio abanico de respuestas para analizar a Federico Jiménez Losantos al descubierto. 

"Cada vez que uno se hace un 'selfie' en un precipicio y se cae digo: mira, un idiota menos. Es una banalización estúpida de la existencia. Vivimos más años, estamos más sanos, somos más guapos... pero cada día más tontos", arranca, en clara alusión a las nuevas generaciones y su consumo adictivo de redes sociales y vida a través de la pantalla. "En los 40 años que llevamos de democracia he visto todo el tránsito. Y antes la gente se esforzaba en hablar bien. Pero esto de decir cualquier gansada que no va mucho más allá del eructo para salir 10, 15 segundos en televisión... esto era inimaginable", matiza. 

El humor: rapidez mental, federiquismos y algún que otro exabrupto

"Es lo que permite que la sociedad respire. La civilización empieza cuando el humor entra en el lenguaje. Cuando haces crítica política, cuando el poder es muy fuerte -y en España el poder es muy fuerte, sobre todo con respecto a los medios- un recurso que tienes es hacer burla del poderoso. Y, de alguna manera, el que no se puede quejar se siente identificado. No es una cosa sangrante, no le estás disparando, pero se está rebajando su poder al reírte. Eso, por ejemplo, en Cuba han sobrevivido al castrismo, como dicen ellos "jodiendo", burlándose", dice. Además, alega que no lleva la cuenta de los federiquismos (motes) creados: "Voy inventando sobre la marcha".

"El insulto soez no tiene ningún valor. Hay algunos muy refinados que tienen un punto de insulto pero también de defensa. Por ejemplo, cuando yo llamaba a Soraya 'Baby Macbeth'. Ahí hay un punto de insulto, por lo de "baby", pequeñita, y MacBeth, por lo de mala. Pero, al mismo, tiempo hay un guiño oculto: que no es 'lady', no deja de ser una 'baby' que quiere ser 'lady'. Incluso para mala le falta nivel", declara. 

Drogas y demás adicciones

"La droga te ayuda a equilibrarte aunque sea una noche o una temporada o unos exámenes. Claro, el problema es cuando uno tiene un temperamento de adicciones. Y yo lo tengo. Por eso no bebo. He jugado dos veces en mi vida, al bingo, y gané. Ahí supe que, si seguía, acabaría perdiendo la camisa. Lo que uno no debe negarse es aquello que le produce curiosidad. En mi caso, siempre ha sido el sexo, la política, el arte, la publicidad... Lo que nunca me ha producido curiosidad es el dinero. Por eso no soy rico", alega el periodista.

"No voy a los conciertos: la gente suda y es desagradable. Como nunca me ha gustado, pues tampoco me lo impuesto. Ya desde cierta edad, he hecho en la vida casi siempre lo que me ha dado la gana y eso es casi de lo único que puedo presumir". 

Libertad, pobres y progres 

Sobre la libertad, el locutor lo tiene claro: "Lo más difícil y lo más impopular en el mundo es la libertad: lo que quiere la gente es seguridad. En cambio la libertad siempre es un riesgo. Lo que pasa es que se ha demostrado que es el mejor mecanismo de convivencia y de prosperidad que tiene la naturaleza humana. El ser humano es muy raro, nace sin hacer y nunca está hecho del todo. Y como funciona bien es con libertad: metiendo la pata y rectificando". 

"Yo no quiero que haya ningún pobre. Yo quiero que todo el mundo viva bien y, si es rico, mejor. El pobre se envilece porque no tiene más remedio. Sólo los niñatos ricos pueden ir a hacerse fotos con los que no tienen nada", dice sobre la pobreza. 

Y sobre esos niñatos, cercanos al 'rollo progre' que él denuncia: "Es un país de puritanos que ha sacado por el lado progre izquierdista esa cosa intolerante de las brujas de Salem: hay que quemar al que molesta. ¿Quién molesta? Pues no sé, el que moleste. Si ayer era maricón hoy será heterosexual; si ayer era negro, hoy será blanco; si ayer mujer, pues soy hombre. Pero... ¿por qué leches hay que quemar a la gente? Pero qué manía tienen estos por mandar y quemar". 

Fachas, Pablo Iglesias y Vox

"Lo que te dice un rojo que no quiere que le llamen rojo". Así es como define Losantos a un facha. "Es que a mí me llaman a la vez rojo y facha. Es más, unos de Vox me dicen que sigo siendo un comunista y los otros que cómo es posible que un comunista sea fascista. Siempre digo que si no te han llamado "facha", algo malo estás haciendo", prosigue. 

Sobre Pablo Iglesias y su famosa frase ("me recuerda a mí cuando yo era gilipollas", el periodista matiza: "La diferencia esencial es que yo, en el fondo era bueno, y él, en el fondo, es malo".

Del otro lado, el locutor también atiza a Vox: "Que vengan unos pijos como la Monasterio y el Espinosita de los Monteros a decir que rompen las negociaciones con el PP porque a ellos les da igual donde los pongan, si en el poder o en la oposición... Claro porque eres un ricachón millonario y no sabes lo que es que te suben los impuestos un gobierno socialista", dice.