La Fundación “la Caixa” se ocupa una vez más de enfermedades minoritarias que tienen gran impacto para el paciente y su entorno. En este caso, lo hace en el marco del ciclo Debates CaixaResearch. El cáncer infantil, aunque tenga presencia en los medios, no deja de ser un desconocido y merece ser encuadrado en este apartado, ya que su desarrollo no tiene nada que ver con el de los adultos, y el número de casos es de unos 1.100 al año en nuestro país, y unos 400.000, en el mundo entero. Sumado a esto, sus tipos más comunes, como las leucemias, los tumores cerebrales, los linfomas y los tumores sólidos tienen tratamientos específicos y un manejo superespecializado. Es muy importante entender que un niño no es un adulto pequeño.

Jaume Mora, director científico del Pediatric Cancer Center Barcelona del Hospital Sant Joan de Déu, y Ana Patiño, catedrática de Genética e investigadora del Laboratorio de Terapias Avanzadas para Tumores Sólidos del Departamento de Pediatría de la Clínica Universidad de Navarra y el CIMA han participado en este interesante debate. El punto de partida es destacar las características y principales diferencias entre el cáncer que afecta a los adultos y el cáncer del desarrollo, y poner el foco en los tratamientos y la investigación específica en torno a este grupo de enfermedades. También se tiene en cuenta que, en un mundo de desigualdades, el pronóstico es muy distinto en función del país donde se detecte.

La reducción de desigualdades en el mundo también beneficiaría a los niños que padecen enfermedades minoritarias

En aquellos con ingresos altos, donde la población suele tener acceso a servicios integrales, más del 80 % de los niños, adolescentes y adultos jóvenes afectados de cáncer se curan, pero para el 20 % restante no existen tratamientos específicos, o los que hay son muy tóxicos y poco adecuados para niños. En muchos países de ingresos medios y bajos, la tasa de curación se encuentra entre el 15 y el 45%. Las diferencias son aún más grandes que la que dicen esos números, ya que en estos últimos países vive más del 70% de los niños del mundo.

Dr. Jaume Mora, director científico del PCCB, Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.

La buena noticia es que se está trabajando para que los niños curados de cáncer en la actualidad sean los adultos sanos de la sociedad futura, y lo más importante, se están logrando resultados. A ello se dedica el equipo de la genetista en el proyecto desarrollado en el Laboratorio de Terapias Avanzadas para Tumores Sólidos Pediátricos, dirigido por Marta Alonso, dentro del programa Niños contra el cáncer, de la Clínica Universidad de Navarra, otro de los proyectos apoyados por CaixaResearch. El proyecto apunta a mejorar la supervivencia y calidad de vida de los niños con tumores sólidos de alto grado, así como evaluar la eficacia y seguridad de nuevas terapias basadas en virus oncolíticos. Se ha demostrado que esta estrategia es potencialmente útil y segura para pacientes que sufren el tumor cerebral de peor pronóstico de la infancia.

El Pediatric Cancer Center de Barcelona, apoyado por la Fundación “la Caixa” con 3 millones de euros, ofrece atención integral y personalizada a todos los niños afectados

El mencionado Jaume Mora habla de dos proyectos que se desarrollan en el Hospital Sant Joan de Déu y que son apoyados por CaixaResarch: la Terapia contra el glioma de tronco, que propone la reconstrucción multicelular del tumor en 3D, utilizando modelos personalizados del paciente en ratones, que permitirán probar tratamientos individualizados para este tipo de cáncer; y Fármacos contra las malformaciones vasculares, que tiene como objetivo estudiar los mecanismos moleculares que subyacen tras las malformaciones o tumores vasculares, enfermedades propias del desarrollo, así como dar con nuevas terapias para estas enfermedades olvidadas y dolorosas que afectan especialmente a niños y adultos jóvenes. En palabras de Jaume Mora, “la investigación del PCCB (Pediatric Cancer Center Barcelona) está orientada a conseguir mejoras en el diagnóstico, el tratamiento y la capacidad pronóstica de los cánceres que afectan a los individuos en desarrollo”.