La drástica disminución de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) podría ocasionar más de 22 millones de muertes adicionales de aquí a 2030, incluyendo 5,4 millones de menores de cinco años, según un nuevo estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), con apoyo de The Rockefeller Foundation a través de su organización benéfica RF Catalytic Capital. Los hallazgos indican que los recortes actuales en la ayuda internacional no solo amenazan los programas humanitarios y de desarrollo, sino que también podrían revertir décadas de progreso en la reducción de la mortalidad prevenible en países de ingresos bajos y medios (LMIC, por sus siglas en inglés).
El estudio, “The Impact of Two Decades of Humanitarian and Development Assistance and the Projected Mortality Consequences of Current Defunding to 2030: Retrospective Evaluation and Forecasting Analysis”, fue realizado por investigadores de ISGlobal (España), centro apoyado por la Fundación “la Caixa”, el Instituto de Salud Colectiva de la Universidad Federal de Bahía (Brasil), el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM) y el Instituto Nacional de Salud (INS) de Mozambique. La investigación, disponible en formato preprint, combina un análisis retrospectivo del impacto sanitario de la AOD entre 2002 y 2021 con modelos de proyección hasta 2030 que estiman la mortalidad en escenarios presentes y futuros de reducción de fondos.
"Estos resultados revelan la enorme contribución de la ayuda internacional a la salud global en las dos últimas décadas", afirma Davide Rasella, coordinador del estudio e investigador ICREA en ISGlobal. "La contracción abrupta de la financiación de la AOD podría tener repercusiones graves, provocando incrementos sustanciales en muertes evitables en adultos y niños y niñas en los próximos años. Más allá del impacto humano inmediato, también podría socavar de forma crítica el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030".
Este trabajo amplía un estudio previo liderado por ISGlobal, publicado a principios de este año, que estimaba que el desmantelamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) podría causar más de 14 millones de muertes evitables adicionales de aquí a 2030. Ambos análisis utilizan el mismo marco metodológico, integrando datos longitudinales con modelos de microsimulación validados a nivel país para cuantificar las consecuencias sanitarias de la reducción financiera. Mientras que el estudio sobre USAID se centraba en un solo donante, este nuevo análisis incluye a todos los contribuyentes de la OCDE, proporcionando una evaluación más completa del posible impacto en la mortalidad.
El papel clave de la AOD en la salud global
Con este enfoque, el equipo investigador determinó que la AOD ha tenido un impacto medible y sostenido en la salud global. Entre 2002 y 2021, niveles más elevados de financiación se asociaron con una reducción del 23% en la mortalidad por todas las causas y una disminución del 39% en la mortalidad infantil en 93 países de ingresos bajos y medios. Las inversiones en ayuda fueron especialmente eficaces para disminuir muertes por VIH/sida (70%), malaria (5%) y deficiencias nutricionales (56%), además de lograr reducciones significativas en la mortalidad por tuberculosis, enfermedades diarreicas, infecciones respiratorias y causas maternas y perinatales.
Además de su beneficio directo, la AOD ha sido clave para fortalecer los sistemas de salud, respaldar programas de control y eliminación de enfermedades y mejorar la capacidad de respuesta ante brotes y epidemias.
No obstante, las simulaciones muestran que la actual ola de recortes, impulsada por fuertes disminuciones en Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania, entre otros, podría deshacer estos avances. En un escenario de recortes severos, el estudio proyecta 22,6 millones de muertes adicionales de aquí a 2030, mientras que incluso una reducción moderada podría ocasionar 9,4 millones de muertes evitables. La magnitud de este impacto se asemeja a una crisis global. En el pico de la pandemia de COVID-19, se registraron unos 14,9 millones de muertes en exceso en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. La mortalidad asociada a los recortes actuales podría superar esa cifra.
"La AOD, que representa la mayor parte de la financiación internacional para el desarrollo y la acción humanitaria, sostiene sectores clave como la salud, la educación, el agua y saneamiento y la seguridad alimentaria", señala Andrea Ferreira da Silva, investigadora posdoctoral del Instituto de Salud Colectiva (ISC) en Brasil.
Por primera vez en casi tres décadas, Estados Unidos, Francia, Alemania y Reino Unido han reducido sus aportaciones a la AOD en 2024. Si además se concretan los recortes anunciados para 2025, será la primera vez en la historia que los cuatro países reducen la AOD de manera simultánea durante dos años consecutivos. El desmantelamiento de USAID por sí solo supone una disminución estimada del 83% de sus programas, recortando la ayuda estadounidense total aproximadamente a la mitad, mientras que se prevé que la financiación global de la AOD caiga un 21% en 2025 respecto a 2023.
"No se trata solo de un tema presupuestario", afirma Claudia García-Vaz, coordinadora de análisis de políticas en ISGlobal. "Es una cuestión de vida o muerte para millones de personas. Los recortes en la ayuda global son una catástrofe moral y un lastre para la prosperidad mundial". Por su parte, Ariel Nhacolo, demógrafo sénior en el CISM de Mozambique, añade: "los recortes abruptos de la AOD ya están afectando gravemente a los más vulnerables".
Un llamamiento a la comunidad internacional para preservar la estabilidad mundial
"La ayuda al desarrollo sigue siendo una de las herramientas más eficaces para salvar vidas, fortalecer los sistemas de salud y reducir la pobreza", subraya Rodrigo Volmir Anderle, investigador posdoctoral del ISC. El equipo investigador insta a los países donantes y a las organizaciones internacionales a reconsiderar urgentemente las decisiones actuales de financiación, cubrir el déficit y reafirmar su compromiso con los ODS. "La retirada repentina de la ayuda amenaza con desmantelar sistemas que han tardado décadas en construirse", concluye Rasella. "Revertir esta tendencia es esencial no solo para la salud global, sino también para la estabilidad mundial".
Síguenos en Google Discover y no te pierdas las noticias, vídeos y artículos más interesantes
Síguenos en Google Discover