Todos, o al menos casi todos, hemos pasado por el trance de las pruebas para detectar la Covid. Decimos trance porque aunque la mayoría de las veces no es más que un trámite, no siempre salimos indemnes, y acabamos con fuertes dolores. Tampoco es un tema menor el número de gente a la que se puede diagnosticar en el menor tiempo posible. Buenas noticias, un equipo de investigadores del ICFO (Instituto de Ciencias Fotónicas) y de IrsiCaixa, centro impulsado conjuntamente por la Fundación "la Caixa" y el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya, han desarrollado un nuevo dispositivo de bajo coste, portátil y no invasivo que utiliza luz para realizar estas pruebas diagnósticas en la saliva.

La importancia de los test masivos desde el inicio de la pandemia ha sido vital. Lamentablemente, las diferencias entre los países más desarrollados y los menos favorecidos también se han hecho notar en este apartado durante toda la pandemia. Tampoco hay que olvidarse que las diferentes políticas, así como la mayor o menor eficiencia de la Sanidad pública, han provocado más desigualdades. A esto hay que sumar que las pruebas PCR, que proporcionan resultados precisos, son una técnica cara que requiere personal y equipamiento especializado. La creciente demanda de pruebas diagnósticas hizo que se optara mayoritariamente por una alternativa más rápida y más barata, pero menos fiable: los test de antígenos.

Esta nueva modalidad de diagnóstico no es invasiva y es más fiable que los test de antígenos

Los investigadores del ICFO, liderados por Valerio Pruneri, en colaboración con los investigadores de IrsiCaixa, supervisados por Jorge Carrillo, y avalados por la revista Bioemedical Optical Express, han desarrollado un nuevo dispositivo capaz de detectar el virus en muestras de saliva de forma rápida y fiable. El equipo investigador ha conseguido situar el límite de detección del sensor por debajo del de los test de antígenos. Específicamente, una sensibilidad del 91,2% y una especificidad del 90%. Su fabricación puede llevarse a cabo a gran escala y su uso es muy versátil, ya que no requiere ser utilizado y manipulado por personal cualificado ni en un laboratorio especializado. Hasta se podrían hacer pruebas de cribado masivo en lugares públicos, como restaurantes, escuelas, oficinas, teatros o cines.

Rubaiya Hussain analizando muestras de saliva con el dispositivo en el Laboratorio de Biología del ICFO   @ICFO

Según cuenta el investigador del ICFO Alfredo Ongaro, “los investigadores de IrsiCaixa nos contactaron para ver si podíamos encontrar una solución al problema de las pruebas diagnósticas y desarrollar un nuevo dispositivo que pudiera detectar el SARS-COV-2 a partir de las muestras de saliva, evitando así el muestreo nasal y obteniendo al mismo tiempo unos resultados precisos en un intervalo corto de tiempo, tan rápido como el ofrecido por los test de antígenos”. El nuevo dispositivo utiliza luz para detectar la concentración del virus en un líquido que fluye a través de un pequeño tubo, llamado canal microfluídico.

El objetivo era llegar a un método económico, eficiente, rápido y no invasivo

¿Cómo funciona? Lo explica Rubaiya Hussain, también del ICFO: “El dispositivo que hemos desarrollado utiliza un par de gotas de saliva y marcadores de luz fluorescente. Cuando se recogen las muestras de saliva de los pacientes, nosotros las introducimos en una solución que contiene anticuerpos fluorescentes. Si en la muestra de saliva hay partículas virales, los anticuerpos fluorescentes se ‘adhieren’ al virus. Una vez hecho esto, se introducen las muestras de saliva en el sensor y se hacen pasar por medio de un canal microfluídico bajo la luz de un láser. El láser ilumina la muestra y, en el caso de que esta contenga partículas virales, se emite una señal gracias al marcador fluorescente. En menos de un minuto, el lector transmite los picos detectados de la señal a una gráfica y se alerta al sistema que la muestra es positiva”.

Un solo dispositivo puede realizar unas 2.000 pruebas diarias

No todo termina aquí, ya que el dispositivo podría adaptarse para la detección de otros virus, como los coronavirus estacionales o el virus de la gripe. Y no solo, también microorganismos presentes en cuerpos de agua, como la legionella o el e-coli. La gran ventaja sería el tiempo de respuesta más rápido que el de los análisis tradicionales realizados a partir de cultivos. Tampoco es menor el hecho de que genere menos residuos que los envoltorios de plástico de los materiales con los que se llevan a cabo las pruebas PCR y de antígenos.