CaixaForum Madrid acoge desde este martes la exposición Top secret. Cine y espionaje, en una nueva colaboración con la Cinémathèque française que explora los vínculos entre el oficio de actores y de espías, así como la relación entre la ficción y los hechos históricos. El centro cultural de la Fundación "la Caixa" propone un recorrido cronológico-temático de un siglo, a través de personajes como Mata Hari, Carrie Mathison, James Bond o Edward Snowden.

La exposición cuenta con unas 270 piezas de diversos formatos y procedentes de 30 prestadores diferentes. Entre ellas se incluyen accesorios, carteles originales, trajes, archivos y documentos, fotografías, instalaciones y clips de 90 películas. Además, exhibe un total de 16 obras de arte de artistas como Andy Warhol, Ceryth Wyn Evans, Julien Prévieux, Jean- Luc Blanc, Nina Childress, David Lynch, Nemanja Nikolic, Simon Menner, Walid Raad, Trevor Paglen, Heather Dewey-Hagborg y Sophie Calle, de la Colección de Arte Contemporáneo de la Fundación ”la Caixa”, entre otras.

Andy Warhol, The Star: Greta Garbo en el rol de Mata Hari, 1981. Colección Cinémathèque française, París. © The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts / Artist Rights Society (ARS), New York/ Ronald Feldman, New York // VEGAP, 2023
Andy Warhol, The Star: Greta Garbo en el rol de Mata Hari, 1981. Colección Cinémathèque française, París. © The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts / Artist Rights Society (ARS), New York/ Ronald Feldman, New York // VEGAP, 2023

También recupera el papel de la mujer espía, más allá del estereotipo del sexpionaje ampliamente explotado en el mundo del cine y hace un esfuerzo por incluir títulos de la cinematografía española del género como El Lobo, de Miguel Courtois, Mataharis, de Icíar Bollaín, y Estambul 65, de Antonio Isasi-Isasmendi. Los visitantes podrán ver un fragmento del documental Garbo, el espía, de Edmon Roch y carteles españoles de filmes internacionales.

"Top Secret. Cine y espionaje recorre la historia inédita de los vínculos entre cine y espionaje: entre el oficio de actor/actriz y la figura del o la espía (el disfraz, el ocultamiento, el juego); entre la ficción y los hechos históricos; entre los elementos de attrezzo, los gadgets y la tecnología desplegada por los verdaderos agentes de los servicios de inteligencia", plantean Alexandra Midal y Matthieu Orléan, comisarios de la exposición. "Aunque todos los espías tienen algo de actores, lo contrario no es forzosamente cierto. La metáfora debería de ser diferente: todos los directores son espías, porque despliegan técnicas para registrar y, a la vez, falsificar el mundo", matizan.

Una exposición para la reflexión

Bajo este punto de partida, proponen explorar las semejanzas entre el cineasta y el espía aportando ejemplos concretos. Buscan, además, implicar al visitante en una investigación, con textos redactados en morse que tendrá que descifrar. Pero la interactividad va mucho más allá convirtiendo a cada espectador en tanto en espía como en víctima del espionaje. Los títulos de cada ámbito expositivo están inscritos en la pared a través de un código que solo puede leerse cuando un foco de luz dorada pasa por encima.

El objetivo es hacer reflexionar al público sobre los temas y debates que plantea la exposición. 'Top secret. Cine y espionaje' se complementa con un catálogo, un ciclo de conferencias, una retrospectiva de películas, así como una noche temática, un escape room, visitas guiadas para diferentes públicos y edades.

Top secret. Cine y espionaje se organiza en torno a cinco áreas temáticas. Una bienvenida a través de código morse con un mensaje codificado qeue pertenece al ensayo La part maudite, de Georges Bataille publicado en 1949.  En este espacio, se pueden ver desde una estación de reprografía usada por agentes de la KGB y del Departamento Central de Espionaje Ruso (GRU, en sus siglas en ruso), a minicámaras automáticas ocultas de la Guerra Fría. También un receptor automático usado por agentes de la CIA, monedas con compartimentos secretos para microfilmes de la KGB, tres falsos vinilos hechos con radiografías que permitían transmitir música y mensajes del Este al Oeste, hasta carteles de cine, cámaras y micros utilizados de atrezo en el cine.

Además, hay varias proyecciones audiovisuales con fragmentos de películas como La carta del Kremlin (John Huston, 1970) y Minority Report (Steven Spielberg, 2002), con un Tom Cruise manejando unas pantallas táctiles intangibles, que nos llevan a reflexionar sobre la omnipresencia de las imágenes en el mundo actual.

Mata Hari

Durante la primera mitad del siglo XX, muchos de los filmes de espías están basados en hechos reales, y tiene como personaje principal a una mujer que es agente secreta clandestina. El arte de la seducción es fundamental en la concepción del espionaje de aquellos años, y el sexpionaje se convirtió en motor de multitud de narraciones cinematográficas, en su mayoría filmadas solo por hombres como femmes fatales.

Por ejemplo, Mata Hari, condenada a muerte por realizar resuntamente labores de espionaje a favor del enemigo alemán durante la Primera Guerra Mundial, e interpretada en la gran pantalla por Greta Garbo, Jeanne Moreau, Sylvia Kristel o Vahina Giocante; Marlene Dietrich como agente X27 en Fatalidad, sobre la cual también se ha dicho que habría espiado a los nazis en la vida real. Otra actriz a destacar en esta sección, como inventora por su aportación a la tecnología del espionaje es Hedy Lamarr quien, de hecho, inventó un sistema secreto de codificación de transmisores precursor del GPS y del Wifi.

James Bond: el espía gentlemen más pop

El tercer ámbito evoca el mundo de la Guerra Fría, basado en la bipolaridad ideológica EEUU-URSS y CIA-KGB. Se trata de la época de los agentes dobles y de los tránsfugas, de los juegos con las identidades y las nacionalidades y, aunque en la realidad todo estaba mezclado, la exposición separa de forma clara, visual y gráfica: el Bloque del Oeste y el Bloque del Este. La primera de estas subsecciones está dedicada a los filmes de James Bond, a sus herederos y predecesores con numerosos fragmentos de películas, accesorios, trajes y fotografías, así como obras de arte desde la década de los 60 hasta nuestros días, entre otras, dos piezas de Sophie Calle y la instalación Casino Royale (Sculpture de Voyage), del artista Rodney Graham (1990), un homenaje a la primera novela en la que aparece James Bond: héroe literario tipo gentleman, creado por Ian Fleming en 1953 e inspirado en el escocés Fitzroy Maclean, diplomático y militar del Special Air Service.
Foto fija del rodaje Goldeneye con Desmond Llewellyn I Pierre Brosnan © 1995 United Artists. Crédit foto: Keith Hamshere
Foto fija del rodaje Goldeneye con Desmond Llewellyn I Pierre Brosnan © 1995 United Artists. Crédit foto: Keith Hamshere

Sobre la saga de películas de James Bond, se exhiben desde un traje de esmoquin y zapatos llevados por Daniel Craig en Casino Royale, numerosos carteles originales, dibujos de Ken Adam para James Bond, el traje granate con cremalleras delantero que llevó Hale Berry en Muere otro día, el cocodrilo submarino en el que se ocultó James Bond (interpretado por Roger Moore) en Octopussy, así como un vestido y un collar de la personaje de ficción Vesper Lynd en las películas de Bond, en este caso interpretado por Eva Green.

Alfred Hitchcock, padre indiscutible del género que sentó las bases en films cómo La muerto en los talones. Uno de los espacios de esta sección queda reservado a la gadgetología, palabra utilizada por el crítico británico Reyner Banham (The Great Gizmo, 1965) para definir la esencia del héroe y que recoge objetos multifuncionales, como unos zapatos negros de hombre con una hoja de acero oculta, una pipa con un proyectil de dardo, una pulsera con pistola de dardos, un traje reversible con abrigo-gavardina por un lado y traje de tweed por el otro, un pintalabios pistola y otros inventos especiales para ocultarse o deshacerse del enemigo.

Los filmes más oscuros, en la Europa del Este

'El espía que surgió del frío' o 'La vida de los otros' sirven para repasar cómo era el espionaje en la Alemania del Este y el uso de maquillaje y postizos para paarentar diferentes looks.

Simon Menner. Disfraz 1:19 de la serie Suverillance Complex, 2019. © Simon Menner and BStU
Simon Menner. Disfraz 1/19 de la serie Suverillance Complex, 2019. © Simon Menner and BStU

Desde los 70 hasta nuestros días: terrores y terrorismos

El cuarto ámbito, muestra una evolución del contexto geopolítico, desde los 70 hasta nuestros días, con un cine más ambiguo y también más comprometido. La acción de las películas se desplaza mayoritariamente de Europa a Oriente Medio (Argo, de Ben Affleck, La noche más oscura, de Kathryn Bigelow o Múnich, de Steven Spielberg) y Latinoamérica (Carlos, de Olivier Assayas), en un contexto en el que el terrorismo ha sustituido cualquier forma de ejército civil.

Los agentes secretos han cambiado (tanto mujeres como hombres), y también las puestas en escena que lo representan. La realidad más descarnada y sucia del espionaje se muestra en filmes exigentes, de larga duración, que optan por mostrar la duplicidad, márgenes de un mundo cínico en que reina el simulacro. El agente secreto ya no es un héroe unilateral. De hecho, este ámbito hace parada en los agentes turbios y espías torturados con Paul Greengrass (Jaso Bourne), Olivier Assayas (La red avispa), Miguel Courtois (El Lobo) y Ridley Scott (Red de mentiras), entre otros.

Todos podemos ser espías y todos somos espiados

Por último, la sección final aborda la actual era de la vigilancia, información e hipermediatización, en que el ciudadano espía muestra y denuncia. En este sentido plantea la pregunta de '¿Y si todo el mundo estuviera vigilado?'. De hecho, hoy en día, todos vamos armados con teléfonos inteligentes y otras herramientas que permiten espiar, recoger información, exponerla, denunciar, vigilar o tender una trampa a los sistemas de vigilancia del Estado.

En este nuevo espacio de reflexión se incluyen los documentales Citizenfour, sobre el informático Edward Snowden, y XY Chelsea, sobre la analista militar transgénero Chelsea Manning. No son espías profesionales, pero se dedican a revelar secretos poniendo en jaque a las agencias de inteligencia.

Coincidiendo con la llegada de la exposición a CaixaForum Madrid, la plataforma digital CaixaForum+ estrenará el próximo 20 de julio la pieza de ballet en dos actos Mata Hari, una creación del coreógrafo Ted Brandsen con música de Tarik O'Regan y el Ballet Nacional de Holanda. El respetado coreógrafo cuenta en esta pieza de ballet la vida de la legendaria Margaretha Geertruida Zelle, la bailarina convertida en espía y conocida como Mata Hari.

Top Secret. Cine y espionaje permanecerá en Madrid hasta el 22 de octubre, desde donde se trasladará en noviembre hasta Barcelona y proseguirá su recorrido por los CaixaForum de Zaragoza, Sevilla y Valencia.