Madrid es la única región de España y de las pocas en Europa donde la administración se ha enfrentado a la pandemia en contra de la ciencia y los profesionales.

A cada recomendación, una insumisión, a cada propuesta de los profesionales, una insumisión.

En cada crisis se abre una oportunidad, para la presidenta Ayuso la crisis de la covid se ha convertido en la oportunidad de seguir desmantelando la sanidad pública madrileña, centrándose en la Atención Primaria y sobre todo en seguir haciendo cada vez más un trasvase de dinero público a las empresas privadas sanitarias.

Parece una temeridad, es inconcebible que se cierren las urgencias de los centros de salud, en plena pandemia mundial, pero esto ha sucedido aquí y sigue igual.

Parece temerario despedir sanitarios pero esa ha sido la amenaza constante, tanto ha sido el maltrato al personal sanitario, que ha habido fuga de profesionales hacia otras comunidades autónomas, hartos de maltrato, precariedad y la falta de recursos.

Su política frente a la pandemia puede resumirse en enfrentarse sistemáticamente al gobierno central y al resto de regiones de España, para engordar el perfil de la Sra. Ayuso a costa de la salud y la seguridad de los madrileños y las madrileñas.

¿Cómo es posible mantener estas políticas tan temerarias sin ser censurada por ello de manera abrumadora?

Pues con la estrategia de comunicación del Partido Popular, desviar la atención de los problemas en la gestión, colocando sus mensajes donde la culpa siempre es de otro y cuando todo esto falla, llegan las denuncias falsas acusando con toda la desfachatez a los profesionales sanitarios, la oposición parlamentaria o quien se le ponga por delante.

Si el hospital Zendal es un desastre y una agujero negro de recursos públicos, en lugar de solucionarlo, se opta por echarle la culpa al personal sanitario, los “malvados” sindicalistas y hasta la oposición parlamentaria a la que acusa de robos y sabotajes, denuncia falsa a la que la justicia ha puesto en su lugar y con esta sarta de mentiras han hecho campaña, repetidas una y otra vez en redes sociales o medios afines.

A cambio de esta temeridad, tenemos los anuncios efectistas, el hospital que sorprende al mundo construido en tiempo récord, para qué hablar de la falta de medios, de UCIS, ni de los sobrecostes 150% y que 5 empresas se han llevado los recursos de todos en una infraestructura, donde tenemos una sala de prensa que ha costado casi 400.000€, en propaganda.

En plena sexta ola teníamos a una presidenta de la Comunidad de Madrid más preocupada por las fotos en las cenas de navidad de su partido que de proteger la vida y la salud de los ciudadanos. 0 medidas, 0 previsión y nuevamente la medida efectista, un test de antígenos gratis para la semana pasada.

El resultado es que tenemos las urgencias cerradas, los centros de salud saturados, no tenemos test de antígenos, ni gratis ni pagando en nuestras farmacias, pedir cita hoy con tu médico es para que te la den una vez pasado Reyes, colas interminables para hacerse una PCR, despido de sanitarios por SMS. Cuando nuestra presidenta debía garantizarnos unas fiestas seguras con nuestros seres queridos, volvemos a la dejadez, la autogestión y el caos. Volvemos a las recetas de siempre, cuando la gestión sobrepasa a la presidenta, otra vez las acusaciones sin fundamento, las denuncias falsas, otra vez la presidenta apunta hacia el personal sanitario, les acusa de no atender a los usuarios por pura maldad, los recortes, los despidos, la falta de personal, de material, los cierres de las urgencias, la falta de rastreo y en definitiva el ataque continuado y premeditado a la Atención Primaria, es una casualidad.

Se preguntaba Ayuso “¿Dónde están los médicos?” Lo raro es que no nos preguntemos después de años de recortes ¿Dónde está la sanidad pública?

La indecencia se ha apoderado de este gobierno regional.

Carolina Alonso
Portavoz de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid