El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y los consejeros de la parte popular del Gobierno autonómico, habían guardado silencio, o tirado balones fuera durante días en torno a la deriva partidista del vicepresidente, Juan García Gallardo, de Vox, que se ha posicionado reiteradamente en nombre de la institución en su conjunto contra la educación sexual en los colegios, el aborto o la eutanasia, y tratando irrespetuosamente a la procuradora socialista Noelia Frutos, que sufre una discapacidad, durante la sesión plenaria del pasado martes en las Cortes.

Mientras colectivos como CERMI, (Comité Autonómico de Entidades de Representantes de Personas con Discapacidad en Castilla León) y los presidentes de otras comunidades autónomas, de todo color político, reclamaban disculpas y se mostraban públicamente abochornados en los últimos días, Mañueco y su portavoz guardaron silencio y los consejeros de Familia y Sanidad renunciaron a "opinar sobre lo que otros opinan".

Sin embargo, este jueves, simultáneamente y en distintos escenarios, el presidente en Salamanca y el portavoz en Valladolid, reiteraron el mismo mensaje, pidiendo "perdón" si alguna persona, entidad o algún colectivo se habían sentido "ofendidos o molestos" "por alguna declaración en el sentido que usted manifiesta de cualquier persona vinculada al Gobierno autonómico", dijo literalmente el portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, eludiendo citar al vicepresidente o a la procuradora socialista, ni refiriéndose específicamente a los hechos concretos.

Durante las repreguntas de los periodistas en la rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno, Carriedo subrayó el compromiso de la Junta con "la igualdad de las personas con discapacidad", pero evitó pronunciarse sobre si el vicepresidente habla en  nombre de la Junta de Castilla y León cuando habla, tal y como el mismo García Gallardo reitera.

Sobre si la imagen que se está proyectando fuera a raíz de estas polémicas es buena para la comunidad autónoma, el portavoz de la Junta aseguró que "el pacto de gobierno no está en riesgo", sin saber confirmar si el propio vicepresidente se ha puesto en contacto con la procuradora para disculparse ni con las asociaciones que han mostrado su queja.

De hecho, el portavoz respondió que "tenemos que hacer el esfuerzo por que cada día, más gente, cuando hable de Castilla y León, hable de lo que tenemos de positivo" y mostró su apoyo a los medios de comunicación, a los que el vicepresidente ha acusado de tergiversar sus palabras en el Pleno, "porque cualquier medio de comunicación realiza un servicio público".

A pesar de eso, Carriedo insistió en que "cualquier persona es libre para dar su opinión", y afirmó que "en España tiene que mejorarse la explicación en torno a los gobiernos de coalición, y yo, como portavoz de gobierno, estoy encantado de explicarles cuál es la posición del gobierno, y eso no quita para que esté formado por dos partidos diferentes, con posiciones diferentes sobre algunas cuestiones, y sobre esas cuestiones, las diferencias se pueden seguir manifestando".

"Yo lo que hago hoy es expresarle la opinión de la Junta de Castilla y León sobre lo que ustedes están preguntando", reiteró, ahondando en la brecha entre la "portavocía" de la institución que esgrime el vicepresidente y la portavocía oficial que él mismo ostenta, pero ante las próximas posibles declaraciones del vicepresidente, y preguntado si "tiene miedo de las explicaciones que tenga que dar", insistió en que el vicepresidente es "libre de realizar las declaraciones que estime oportuno".