De antemano se sabía que el candidato 'popular' a la reelección en Galicia iba a escapar y mucho de las siglas de su partido. Lo camuflarán como una estrategia marketiniana. A estas alturas pocos se lo creen, puesto que Alberto Núñez Feijóo es reincidente.

En esta ocasión, la presentación de la candidatura gozaba de los aires propios de una película de esas de fin de semana a mediodía. Con un guion más que escrito y un desenlace demasiado evidente. Así se postró el de Os Peares ante el público amigo asistente para, con premeditación y alevosía, dar el empujoncito a Pablo Casado.

Llegados a este punto da igual el resultado del 12 de julio. No importa que el todavía líder nacional del PP haya acostumbrado las fotografías a su barba (para nada marketiniana). Apenas tiene relevancia que el actual presidente de la Xunta diera su victoria por hecha, o casi, al decirle a la cara que no aguantará los cuatro años en Santiago de Compostela. En realidad, aseguró sin estridencias, que no se moverá de Galicia en caso de vencer durante esos cuatro años, pero las entendederas de los presentes empezaron a hacer cálculos, en particular la del principal aludido y aún mandamás.

Núñez Feijóo sabe que si gana las elecciones, más que nunca, será una victoria suya, propia, con nombre y apellidos. Lo deja bien claro en el 'Galicia, Galicia, Galicia' de su lema de campaña y, sobre todo, en el nombre -el suyo- que preside todo. Y ahí, en pequeñito, casi imperceptible, surgen las siglas de la formación, con su corazón y todo, pero apenas apreciables.

Idiosincrasia gallega

El aspirante 'popular' es muy buen conocedor de la idiosincrasia gallega, que para eso hizo sus 'másteres' con los precursores del galleguismo fraguiano. El haber nacido en una aldea de Ourense, en estas tierras, otorga un estatus especial, aunque el idioma que más se habla en tu pueblo sea el que, hasta no hace muchos años, no era bien visto por las élites gallegas de las ciudades. Pero ese factor añadido le garantiza, por una parte, mantener a raya a los ultras de Santiago Abascal, que por mucha 'abueliña' que tenga, no es de pueblo gallego y no sabe qué es el viño do país. Lo mismo se puede decir de Cs, pero en las ciudades.

De nuevo a ambos partidos del espectro diestro les gana desde el principio con un eslogan y bandera: Galicia, Galicia, Galicia. Y si no ¿por qué el ultra Abascal ha tachado de nacionalista a Núñez Feijóo? No ha aprendido nada de sus raíces galaicas el que presume de rojigualda. 

Todo listo para una precampaña que el candidato del PPdeG inició, no cuando la crisis sanitaria hizo acto de aparición. La arrancó cuando su líder nacional decidió competir en radicalidad y salidas de tono (muchas veces de muy mal gusto) en lugar de con los socialistas, con la ultraderecha, socia implícita de sus gobiernos en Murcia, Madrid y Andalucía.

Alberto Núñez Feijóo, según han dicho este lunes desde su formación en Galicia, hará una campaña “en positivo”, con un eje central en los “temas que interesan” a la región. Lo ha asegurado su secretario general, Miguel Tellado.

Para ello, el aspirante a la reelección tirará de algo que siempre han hecho muy bien los 'populares', como es mezclar gestión y partido, Xunta y PP. Este binomio, en la tierra Fogar de Breogán es el pan nuestro de cada día. Y en él no caben 'radicales'. A Casado se le espera más por tierras vascas en las próximas semanas donde Carlos Iturgaiz le recibirá con los brazos abiertos.