La procuradora María Montero Carrasco ha denunciado que sufre “presiones y amenazas” después de que tomara la decisión de abandonar el Grupo Parlamentario de Ciudadanos en las Cortes de Castilla y León el pasado 19 de marzo. Montero, a través de un comunicado, solicita “el cese inmediato” de las presiones y amenazas que en las últimas horas se están produciendo hacia su persona.

“Lo dije en ese momento y lo vuelvo a reitera, pido que mi decisión sea respetada por parte de todos, y no ser sometida a ningún tipo de acoso por quienes no la compartan”, afirma. Por eso advierte que, de continuar estas amenazas y presiones, se verá obligada a emprender las acciones legales oportunas.

Fue el pasado viernes, en medio del huracán político que se generó por la presentación de las mociones de censura en Murcia, Castilla y León y Madrid, cuando María Montero registró su baja del Grupo de Ciudadanos, criticando que no existía liderazgo en la formación naranja: “Me voy de un grupo sin liderazgo, en el que no existe el trabajo en equipo, en el que unos pocos deciden por todos y con continuos cambios de opinión respecto de las decisiones políticas, algunas de gran trascendencia respecto del futuro de la comunidad”.

También lamentó que en 2019 se presentó a las elecciones “con ilusión, pensando en que el cambio y la regeneración llegarían” a Castilla y León “después de tres décadas de gobiernos del Partido Popular”. Con esta decisión ha pasado a formar parte del grupo No Adscrito de las Cortes regionales, ya que considera que debe seguir “defendiendo los intereses” de la comunidad y de todos los que en mayo de 2019 depositaron su confianza en ella.

La salmantina sigue manteniendo su acta de diputada, lo que ha provocado que la coalición de PP y Ciudadanos haya perdido la mayoría absoluta que tenía en la Cámara autonómica.