La fachada de la Casa del Pueblo de Alpedrete, sede del PSOE y UGT, amaneció el domingo cubierta de pintadas de esvásticas nazis, insultos homófobos y mensajes de odio contra la organización democrática de trabajadores y trabajadoras. El acto vandálico, que incluyó la sustracción de una bandera socialista del interior del recinto, se suma a una larga cadena de agresiones contra espacios progresistas, alcanzando la preocupante cifra de 150 desde el año 2023. Sin embargo, en Alpedrete, igual que ocurrió hace poco en Aranjuez, los gobiernos municipales del PP prefieren mirar hacia otro lado y continuar con su silencio.

A sus clásicas pintadas de odio, que incluyen frases como “maricones” o “UGT comegambas”, se suma la preocupante sensación de impunidad. Carlos Ervina, concejal socialista en el Ayuntamiento de Alpedrete, ha denunciado los hechos ante la Guardia Civil, expresando su preocupación por la falta de vigilancia en la calle Colmenillas, donde las cámaras de seguridad no captaron a los responsables. Pero, fundamentalmente, lo que ha solicitado el concejal es un correpondiente castigo a los responsables, denunciando que el Ayuntamiento, gobernado por el PP, sigue guardando silencio ante estos actos vandálicos.

Por su parte, el PSOE ha expresado su preocupación desde su cuenta oficial en X, mostrando todo su apoyo a los compañeros y advirtiendo que, aunque el PP no condene estos actos, “sí tendrán consecuencias”. Condenar el odio no debería ser un gesto político, sino una obligación democrática.

Estos actos de vandalismo no son hechos aislados. Días antes, Más Madrid denunció la aparición de numerosas pegatinas con símbolos nazis en farolas, bancos y contenedores del municipio. Para Ervina, los episodios están claramente relacionados: “A ver si de una vez, denunciando todos estos actos, podemos eliminar esta imagen que se nos está creando de pueblo facha”.

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