Los centros de acogida de menores de la Comunidad de Madrid están sumidos en una situación muy complicada de justificar. Aforos triplicados, desapariciones de niños, ausencia de control sobre si desaparecen niños o niñas y condiciones graves de insalubridad son algunos de los problemas que Lorena Morales, diputada del PSOE en la Asamblea de Madrid, denuncia que tienen que lidiar día a día los jóvenes acogidos en estas instalaciones.
El pasado mes de agosto, esta diputada socialista solicitó, con motivo de las numerosas 'ausencias voluntarias' (desapariciones) de menores en estos centros, la siguiente información a la Dirección General de Infancia y Familia:
1. Número de ausencias voluntarias en el centro de primera acogida Casa de Campo indicando fecha de ausencia y de aparición del menor, así como sexo del menor y nacionalidad (si se trata de un menor extranjero no acompañado) desde el año 2019 hasta la actualizada con respeto a la protección de datos y a la intimidad.
2. Número de ausencias voluntarias en el centro de primera acogida Hortaleza indicando fecha de la ausencia y de la aparición del menor, así como sexo del menor y nacionalidad (si se trata de un menor extranjero no acompañado) desde el año 2019 hasta la actualidad con respeto a la protección de datos y a la intimidad.
La respuesta a estas cuestiones: 34 niños desaparecidos entre ambos centros durante 2024 y 170 en los últimos cinco años. Morales, en conversación con ElPlural.com, denuncia el "abandono absoluto" de estos menores, ante los que la Comunidad de Madrid no demuestra "ni la más mínima preocupación".
"Los niños y las niñas desaparecen, y no se contabiliza en ningún registro si son niños o niñas. Desaparecen y pueden estar en problemas muy serios, a merced de la calle, de la delincuencia o de las mafias de explotación sexual. El tratamiento que reciben es síntoma del abandono más absoluto y de que la intención de la Comunidad de Madrid es completamente expulsiva: ofrecerles condiciones de miseria para que se marchen a otras regiones", expone Morales.
"Ellos no están en régimen carcelario. Pueden salir de los centros, sobre todo por las tardes, a hacer actividades extraescolares, a pasear, etcétera. Pero las desapariciones son ya muy numerosas, y el desinterés de la Comunidad de Madrid en ese sentido hace que no podamos saber si están vivos o muertos. Tenemos que imaginar que son nuestros hijos. Imaginad que mi hijo se va a jugar con sus amigos, no vuelve y no hago nada al respecto por saber dónde o cómo está", continúa la diputada.
Enfermedades, hacinamiento e insalubridad
Una parte muy dura del relato de Morales a ElPlural.com llega al describir el estado de los centros que ha podido visitar, concretamente, el de Hortaleza, de gestión pública y de primera acogida. "Este centro tiene capacidad para acoger a 35 niños, y ha habido momentos en los que ha tenido a más de 100 menores. Yo lo visité cuando tenían aproximadamente unos 70 residentes, y las condiciones son horribles. El sistema de lavandería, por ejemplo, está preparado para soportar su aforo original de 35 personas y no el desborde al que está sometido, lo que tiene consecuencias como que le preguntáramos a las niñas que cuántas bragas o calcetines tenían limpios para la semana, y que nos dijeran que llevaban con los calcetines sucios varios días", relata.
"Esto hace que proliferen enfermedades. La sarna hace estragos en estos centros, al no haber baños suficientes para todos se instalan baños portátiles con la suciedad y los malos olores que generan. Los centros pueden pasarse meses sin médico", lamenta, antes de recordar, en el mismo sentido, que de los nueve centros públicos de esta índole, cinco de ellos tienen desierta la plaza de subdirector porque "nadie quiere hacerse responsable de embrollos tan graves".
Una de las niñas: "Este centro es una mierda"
Por otra parte, Lorena Morales matiza que la situación de estos niños no debe verse desde una perspectiva tan distante, ya que hay familias que temporalmente tienen que dejar su hijo en manos de la Comunidad de Madrid por circunstancias particulares. "Por ejemplo, una madre soltera que no tenga más familia y tenga que someterse a una operación. En ese caso, no le queda más remedio que acudir a los servicios de la Comunidad de Madrid, y el primer centro al que irá su hijo será el de Hortaleza, con sus infames condiciones. [...] Recuerdo que una niña (a la que se llamará B en este artículo para proteger su privacidad), cuando visitamos el centro, me dijo que las cuidadoras se portaban muy bien con todos los niños y que les tenían mucho cariño, pero que las condiciones del centro eran una mierda. Una niña de 16 años, frustrada por el hacinamiento y por el horror que allí se vive", expone, además de recordar otro ejemplo igual de desolador: "También había una niña de 16 años en un estado muy avanzado de embarazo. Existen centros especializados para adolescentes embarazadas y vulnerables que no tienen familia, y un centro como este, en estas condiciones, no es lugar para que esté esa niña".
"Me gustaría decirle a Isabel Díaz Ayuso que si no pone solución a este tema y no hace rendir cuentas a las empresas que están encargadas de estas gestiones por una cuestión de humanidad, que lo haga por una cuestión económica, que es la que sabemos que más le mueve. Que lo haga por el motivo que quiera, pero que lo haga, porque está demostrando que las personas vulnerables le importan un pimiento. Todo esto, por otra parte, no pasaría si no se hubieran cargado la figura del educador de calle, que era una figura que se movía entre los chicos como uno más y sabia cómo encontrarlos y cómo acercarse a ellos. Hicieron lo mismo con el defensor del menor, eliminando su figura. Al final, si se prescinde de perfiles tan importantes como estos, que están presentes en el día a día del menor y son capaces de influir muy positivamente en ellos, se deja a los niños en una posición muy vulnerable", sentencia.