La Jefatura del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC) ha impuesto una medida sin precedentes que ha generado gran inquietud entre sus agentes: los policías que incurran en errores al redactar partes de accidentes o minutas serán destinados durante un mes al área de Automoción.
La instrucción interna, difundida a través de un mensaje, argumenta que se han detectado “fallos en la tramitación documental” que estarían provocando retrasos en la reparación de vehículos policiales y, en consecuencia, dificultando la disponibilidad de una flota ya de por sí insuficiente.
Críticas sindicales
Los sindicatos policiales consideran la medida desproporcionada y aseguran que la Unidad dispone de un departamento específico de Automoción, encargado de supervisar y corregir esos partes.
“Queremos policías en la calle para frenar la delincuencia, no agentes convertidos en administrativos sin formación previa”, denuncian. Poco se preocupo el jefe de la unidad cuando recientemente varios funcionarios permanecían horas esperando un vehículo en dependencias policiales, mientras se multiplicaban los avisos por incidentes en Madrid.
Las organizaciones sindicales alertan de que esta decisión puede minar la moral de la plantilla y advierten que, si se ejecuta, estudiarán acciones judiciales contra los responsables.
El trasfondo de la polémica
Según la jefatura del GAC, el traslado a Automoción busca que los policías “interioricen el funcionamiento y los trámites documentales” de primera mano, de modo que comprendan la importancia de cumplimentar correctamente los partes. Sin embargo, para las centrales sindicales se trata de una “sanción encubierta” que no resuelve el problema de fondo.
Expectativas con el nuevo Comisario General
La polémica surge en un momento de transición, con la reciente llegada de López Gordo a la Comisaría General. Su nombramiento ha despertado expectativas en el ámbito policial, ya que se le atribuye un carácter dialogante y un profundo conocimiento de la seguridad ciudadana, especialmente en Madrid.
Los representantes de los agentes confían en que promueva un “dialogo tenso” con el jefe superior de Madrid para una renovación en mandos estratégicos como las jefaturas de unidad de la UPR y del propio GAC y mandos intermedios, donde denuncian una crisis de liderazgo, por personas de reconocimiento prestigio. Consideran necesario erradicar dinámicas de favoritismo, elitismo, egocentrismo y opacidad.
Tensiones internas
Parte del malestar también se centra en el segundo jefe del GAC, procedente de la comisaría de Usera. Denuncian que numerosos policías de su antiguo destino están siendo colocados en puestos de calle con preferencia frente a otros funcionarios, con la connivencia de la jefatura de la unidad. Una situación que, según recalcan, ha generado un clima de descontento y una creciente desconfianza hacia los actuales responsables de la unidad, algunos funcionarios y funcionarias manifiestan que “saldrán antes de enero”.
La situación es insostenible ya que la Jefatura Superior de Madrid esta pasando por su mayor degradación en toda su historia, la inacción de su máximo responsable y la connivencia con sus mandos, conlleva los peores resultados de la historia y la mayor violencia en las calles como denuncia diversos colectivos sociales y vecinales en redes sociales.